diumenge, 29 de desembre del 2013

Tópicos sobre corrupción y antifascismo en Alemania

Joan Tafalla

Me ha interesado mucho la entrevista de Antonio Yelo con Gregorio Moran (http://www.jotdown.es/2013/12/gregorio-moran-los-padres-de-la-transicion-eran-absolutamente-impresentables/ ), llena de datos, nomenclatura y matices sobre la transición. No me gusta, ni me ha gustado nunca, la seguridad y la displicencia con la que Morán opina contra todo y contra todos, pero los datos que maneja son bien interesantes y, a falta de mayores comprobaciones, tienen credibilidad. El entrevistador no le va a la zaga.

Hay un paso que, sin embargo, revela una enorme ingenuidad en Morán y en Juan Carlos Monedero al que alude el entrevistador. Lo cito:

"Se publica en 2013 La Transición contada a nuestros padres de Juan Carlos Monedero (Editorial Catarata). Según Monedero, la corrupción que sufrimos en España viene de la Transición porque seguimos teniendo una sociedad franquista. No hemos tenido el «antifascismo» que según Monedero «es una reclamación radical del republicanismo democrático caracterizado por virtudes públicas que hacen, por ejemplo, que los políticos dimitan cuando se ven inmersos en casos de corrupción». Según Monedero ese antifascismo opera en Alemania, pero no en Italia y en España ¿Está de acuerdo con esa visión de la Transición?
Si, si, por supuesto. En Alemania hay una expresión acerca del nazismo que generó mucha polémica: «El pasado que no quiere pasar». Aquí, el pasado, no es que no quiera pasar, es que ni ha pasado. Se ha borrado incluso de la historia. Se ha quemado." ( Fin de la cita)
Vaya por delante que no he leído el libro de Monedero. Si leéis la entrevista veréis que se vincula la corrupción hispana a los pactos de la transición y a la ausencia de antifascismo durante la misma. Como ejemplo se pone a Alemania. 
Pues bien, en la RFA, a cambio de asegurar su papel como bastión frente al comunismo y a la URSS, la depuración de los nazis fue muy somera. Los juicios de Nuremberg, simbólicos y poca cosa más. La administración, las empresas, el futuro ejército estuvieron llenos de ex-nazis reconvertidos. Se puede afirmar que éstos fueron el embrión del futuro estado llamado RFA. Creo que a eso se refiere la expresión «El pasado que no quiere pasar» que usa Moran al final de la entrevista. O sea que si Monedero dice que el antifascismo opera en Alemania, como afirma el entrevistador, está simplemente auto-engañándose con un tópico irreal. En Alemania, por debajo de la mesa de juicios de Nuremberg existió un pacto que permitió el reciclaje de decenas de miles de antiguos nazis para aportarlos a la defensa de Occidente. 
Otrosí: Existe la leyenda de la extrema escrupulosidad alemana contra las prácticas corruptas. A veces la definición de corrupción que utilizamos tan difusa e imprecisa impide que podamos juzgar adecuadamente los hechos esenciales. La forma en que tras la anexión de la RDA a la RFA se privatizó el bien común, lo que se llamaba la propiedad del pueblo ( o sea el conjunto del aparato productivo y la inmensa mayoría del suelo de la RDA). Los negocios fraudulentos, las compras a precios de escándalo, la destrucción de empresas productivas, enriquecieron a muchos nuevos ricos e incrementaron el patrimonio de las mayores empresas monopolistas alemanas. Eso sí, el Parlamento solo tendrá acceso a la documentación ( si se conserva, claro) hasta el año 2050. Esa expropiación masiva de los bienes del pueblo es una corrupción de carácter sistémico. 
Sin embargo, nos dejamos deslumbrar por al dimisión de un ministro por haber copiado una tesis. El rábano por la hojas.