dissabte, 31 de gener del 2009

Presentación de la nueva novela de César Reyes

El rostro del águila

Presentación

Intervendrán:

Joan Tafalla

César Reyes

Viernes, 6 de febrero 2009, a las 19 h.

Local de COBAS

Calle Mallorca nº 96, entresuelo
Barcelona

Al final, quizás haya un vinillo

dimecres, 28 de gener del 2009

Joseph Roth – La Marcha de Radetzky -

“En aquel tiempo, antes de la Gran guerra, cuando sucedían las cosas que aquí se cuentan, todavía tenía importancia que un hombre viviera o muriera. Cuando alguien desaparecía de la faz de la tierra, no era sustituido inmediatamente por otro, para que se olvidara al muerto, sino que quedaba un vacío donde él antes había estado, y los que habían sido testigos de su muerte callaban en cuanto percibían el hueco que había dejado. Si el fuego había devorado una casa en alguna calle, el lugar del incendio permanecía vacío por mucho tiempo, porque los albañiles trabajaban con lentitud y circunspección, y los vecinos, a los que pasaban casualmente por la calle, recordaban el aspecto y las paredes de la casa al ver el solar vacío. Así eran entonces las cosas. Todo cuanto crecía, necesitaba mucho tiempo para crecer, y también era necesario mucho tiempo para olvidar todo lo que desaparecía. Pero todo lo que había existido dejaba sus huellas y en aquel tiempo se vivía de los recuerdos, de la misma forma que hoy se vive para olvidar rápida y profundamente”.

Joseph Roth – La Marcha de Radetzky -

dimarts, 27 de gener del 2009

“Perromuerto” y el “periodo de las consecuencias”

Joaquín Miras            

 Queridos amigos: 

acabamos de recibir la noticia, que nos envía Salvador López Arnal, sobre el ataque descalificatorio contra Rebelión perpetrado desde medios poderosos, y, por tanto , cabe decir,  “bien informados”; esto es, sabedores de lo que hacen, de a quién hay que tratar de liquidar, y por qué. Ni más ni menos que Wikipedia. Bueno. 


Se trata de salir al paso con todo lo que podamos y defender nuestras líneas. Y de no tener temor. Hoy no es hace 20 años, y decir esto no es ahora una trivial perogrullada. Quiero traer al recuerdo una las ideas que reiteró repetidamente como profecía obsesionaba  uno de los  dos o tres grandes pensadores comunistas del siglo XX. Me refiero a ese “perro muerto” que se llamó Georg Lukacs, y a una de sus ideas políticas, que elaboró para avisar premonitoriamente de lo que podía llegar a ocurrir  en los países del bloque socialista. A esa idea él la denominaba “el periodo de las consecuencias”.


Georg Luckács


Lukacs había nacido en 1885 –razón por la cual es una tontería decir que su obra , de 1919, Historia y Conciencia de Clase es obra de “juventud”. Georg Lukcas había vivido en plenitud de facultades el comienzo del siglo XX anterior a la Primera Guerra Mundial. El mundo de la riqueza sobreabundante, la Ciudad alegre y Confiada de las burguesías cuya suficiencia despectiva y sobrada se levantaba sobre la derrota de la primera internacional, sobre la matanza de la Comuna de París, y sobre un poderío económico que tenía como consecuencia la mundialización de la economía europea. Al decir de sabios entendidos en historia de la economía, a finales del siglo XlX y comienzos del XlX Inglaterra -  a sumarle, el resto de las grandes potencias- exportaba al mundo como capital, anualmente,  el 11% de su producto interior bruto , cosa que ningún estado ha podido realizar, en el tiempo presente, durante este nuestro actual periodo de  “original y nunca antes vista globalización y mundialización de la economía”. 


Aquel mundo tan sólido, que “de  repente”, se vino abajo, y cuyo desmoronamiento tan bien retratan en sus novelas tantos grandes escritores, entre ellos, y para el mundo centroeuropeo, en gran escritor Joseph Roth – La Marcha de Radetzky - había sido observado, desde dentro por Georg Lukacs, quien pertenecía a las minorías que abominaban del mismo. Minorías digo, porque las grandes fuerzas políticas de la izquierda, nacidas como resultado de la derrota de los años 60/70 –…del siglo XlX, of course; me refiero a la derrota de la AIT - succionadas por el poder hegemonizador de esa sociedad, compartían los valores de las clases dominantes y aspiraban, tan sólo,  a hacer participar del “reparto” a las clases trabajadoras, pero sin poner en crisis ese mundo. Todo lo contrario. Así Ebert fue el gran defensor – el nuevo Cronwell- del Reich y no dudó en utilizar a los Frei Korps para asesinar obreros y ahogar en sangre la revolución.

La vida en aquel mundo prepotente y fastuoso, que se prometía a sí mismo ser eterno, y cuyo colapso y desaparición se produjo de repente, en menos de cinco años, proporcionó a Georg Lukacs una experiencia vital y una comprensión, una capacidad de juicio y de diagnóstico, a partir de síntomas culturales, sobre la marcha de los procesos históricos, verdaderamente excepcionales. Esto le hacía albergar graves inquietudes respecto del mundo y de las ideas socialistas que él había abrazado.


Él sabía, por experiencia, que una sociedad podía estar , durante decenios y decenios, sometida a las  injusticias, a las más sórdidas manipulaciones, a la opresión del poder, sin que en apariencia éstas tuviesen repercusión alguna. El poder, los poderes, en su prepotencia, podían arrebatar a los pueblos su soberanía, hacer y deshacer, explotar, humillar, corromper, asesinar. Y que nada cambiase en el apacible decurso del día a día. Así había ocurrido, durante décadas, en el mundo de la Belle  Époque


Siempre que se pudiese garantizar un mínimo a los explotados, podía también expulsárselos de la escena política. Las grandes decisiones sociales que involucraban la vida de los mismos, podían ser adoptadas, sin su intervención, haciéndoles, incluso, arrostrar el peso de las consecuencias. La autoridad, el poder, la riqueza, seguían siendo fetiches respetados y reverenciados, cuando no envidiados, ansiados, codiciados, rastreramente. Poder ascender en la sociedad y ser aceptado, reconocido en el teatro del mundo de los poderosos… o pertenecer al buró político. Esa parecía ser la gran atracción en un mundo eterno…


Pero, de pronto, y sin que hubiese ya posibilidad d e intervenir para frenar el proceso, el mundo cambiaba. Las gentes, la chusma sin valor, antes reverentes, complacientes, deslumbradas o simplemente resignadas, generaban desafección, no colaboraban, rechazaban el poder, lo ignoraban. Y aquel poder material, político, organizativo, que había parecido omnímodo, pasaba a ser una caricatura.


A veces, quienes hemos leído las obras literarias de esos grandes, verdaderos, analistas de la época del comienzo del siglo XX, cuando se formó Lukacs, como en esas obras  se nos narra el final de ese mundo y se nos describe un poder huero, nos sentimos tentados a pensar que aquellos mundos habían sido siempre poderes de opereta, meros sueños infatuados de funcionarios. No: habían sido poderes  verdaderos; poderes temibles, aceptados, reverenciados. Con capacidad de violencia y de consenso. De hegemonía y coacción.


Esta vivencia que Lukacs había experimentado antes y después de 1914 1918 se le convertía en pesadilla y premonición obsesiva referida al mundo socialista de la guerra fría. Y él avisaba: era lo que Lukacs, ese “perro muerto”  denominaba “el periodo de las consecuencias”.


El “periodo de las consecuencias” ha vuelto. Se rompe, el tejido urdido por el poder y que genera lo que el otro grande del comunismo marxista, Gramsci, denominó la hegemonía. Hegemonía capitalista: esto es, el “dejar hacer, dejar pasar” todas las iniciativas del poder, que dejan de depender de la voluntad de quienes se convierten, por ello mismo, en clases subalternas, y quedan en manos de la clase dominante, la cual, a cambio, debe garantizar unas expectativas de consumo como retribución a tanta pérdida de esperanzas, de imaginación creativa, de  autodesarrollo de fines vitales.


¿Qué decir de este periodo, esto es, del periodo anterior al “periodo de las consecuencias”? Decir que “…hemos vivido un periodo que podríamos definir como la antítesis exacta y prolongada de un momento de la verdad. A penas se nos ha dado la posibilidad de elegir. Se han tomado en nuestro nombre (.) decisiones políticas importantes, sin que ni siquiera nos fueran presentadas como una cuestión de elección. Las hemos aceptado como algo inevitable o con algún tipo de protesta marginal. (.) tenemos nuestra opiniones pero éstas a penas cuentan, ni siquiera entre nosotros. Desacostumbrados a elegir, desacostumbrados a presenciar las elecciones de los otros. (.) Por el hecho de  estar eximidos de toda elección hemos tenido que pagar el precio del constante aplazamiento de los problemas –básicamente económicos- que afectan de una manera vital a nuestro futuro” [1]…hasta que se produzca una crisis.


Y la crisis se ha producido. En las crisis, es decir, en esos periodos históricos cuya salida jamás puede ser predicha por anticipado. “cada persona ha de elegir por sí misma. Y al elegir pasa a estar inequívocamente comprometida con quienes han escogido como ella” [2]


No sabemos en qué terminará el periodo en que la humanidad se aventura. Es azaroso y hemos perdido mucho tiempo. Cada prolongado periodo de hegemonía capitalista –y el último, particularmente- tiene mucho de proceso de pudrimiento y corrupción de las clases subalternas. Y hay que saber luchar con eso, que en los años 20 y 30 del siglo pasado se expresó en el fascismo. Pero el brillo, el boato y el despilfarro, el poder despreciativo de la Age Dorée ha terminado. Volvemos a tener la posibilidad de reorganizar y defender nuestras posiciones, de desplegarnos nuevamente, nosotros, los comunistas marxistas; al menos en lo ideológico.


No estamos ni en mejores, ni en peores posiciones –repito, ni en peores- que los “como nosotros” – los nuestros - en 1920. Sabemos del optimismo desbordante que inspiró las 21 condiciones, y de las graves repercusiones que acarrearon. Sabemos del daño causado, también entonces, por unas izquierdas que no habían querido aceptar ser fuerzas derrotadas en el periodo anterior, y que se subieron –se sumieron- en el mundo del vencedor,  que aceptaron ser cooptadas a las instituciones, que asumieron sus valores civilizatorios.


No estamos peor que entonces.


Lo cierto es que, tras decenios de silencio, de que pareciese no ocurrir nada a pesar de las mayores enormidades acaecidas,  el control social se ha roto. Se ha abierto una dinámica de disenso social, ahora en sus inicios, pero cuyo crecimiento resulta imparable en el presente estado de cosas, y  no es controlable por el capitalismo, pues carece de los recursos para ello, y , esos recursos hipotéticos, no están –al menos todavía- ni tan siquiera a la vista.


Por eso, ellos, los enemigos de clase, se ven obligados a atacar a nuestros medios ideológicos; no sirve ya, no funciona, el ignorarlos, porque en estos momentos, en estos largos, largos periodos en los que los individuos deben decidir, las ideas, las críticas, las apelaciones a la imaginación creativa, sobre alternativas sociales, y a la praxis, son verdaderamente escuchadas, son verdaderamente peligrosas, “perniciosas”. Ya no les vale el silencio y el cinturón sanitario en torno a estos medios ideológicos del enemigo. Ante Rebelión, sin ir más lejos y por ejemplo. Aunque ellos son sabedores de que el mejor medio de combatir y matar a un medio ideológico es la condena a muerte civil, ahora, comienza a no darse ya, no se dan las condiciones para eso.


Oiremos hablar más veces de Rebelión


Volveremos a oír hablar, volveremos, del comunismo y que cada palo aguante su vela.



[1] John Berger, Un hombre afortunado, Ed Alfaguara,  M. 2008,  p. 177.

[2] John Berger, Op. Cit, p. 176.

diumenge, 25 de gener del 2009

1936


Luis Cernuda 

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,

cuando asqueados de la bajeza humana,

cuando iracundos de la dureza humana:

Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

 

En 1961 y en ciudad extraña,

más de un cuarto de siglo

después. Trivial la circunstancia,

forzado tú a pública lectura,

por ella con aquel hombre conversaste:

Un antiguo soldado

en la Brigada Lincoln.

 

Veinticinco años hace, este hombre,

sin conocer tu tierra, para él lejana

y extraña toda, escogió ir a ella

y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,

juzgando que la causa allá puesta al tablero

entonces, digna era

de luchar por la fe que su vida llenaba.

 

Que aquella causa aparezca perdida,

nada importa;

Que tantos otros, pretendiendo fe en ella

sólo atendieran a ellos mismos,

importa menos.

Lo que importa y nos basta es la fe de uno.

 

Por eso otra vez hoy la causa te aparece

como en aquellos días:

noble y tan digna de luchar por ella.

Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido

a través de los años, la derrota,

cuando todo parece traicionarla.

Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

 

Gracias, compañero, gracias

por el ejemplo. Gracias por que me dices

que el hombre es noble.

Nada importa que tan pocos lo sean:

Uno, uno tan sólo basta

como testigo irrefutable

de toda la nobleza humana.

( Un regal plé d'emoció de Salvador als col·legues d'Espai Marx. Gràcies en nom de tots)

 

Jornades de formació: elements per a comprendre la crisi i per actuar

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El fet que l’Alternativa d’Esquerres per Badia sigui una organització local no ha de ser obstacle per a que ens dotem d’eïnes que ens permetin comprendre la realitat global i contribuir a canviar-la en recerca d’un món millor. És per això que durant aquest primer trimestre hem organitzat unes sessions de formació en forma de xerrada debat que hem encarregat a estudiosos del tema. Segons ells mateixos, amb aquest dies de formació només pretenem donar elements de comprensió front la crisi que tenim al davant. No podem actuar amb eficiencia si no entenem el que tenim al davant. 

Necessitem dates e informacions històriques, econòmiques, sociològiques i de filosofía política. En aquest primer període de formació tractarem sobre la crisi econòmica i les possibles respostes.
29 de gener - 12 i 26 de febrer - 12 i 26 de març


 29
gener
 L’esquerra del segle XX i la crisi econòmica - Joan Tafalla
 12
febrer
 Característiques de la crisi actual - Francisco Ferrer
 26
febrer
 Democràcia i crisi econòmica - Joaquin Miras
 12
març
 La crisi econòmica de 1929, el feixisme i la segona guerra mundial - Alejandro Andreassi
 26
març
 Crisi econòmica i canvis en la composició social de la classe obrera - Joan Tafalla

Totes les sessions a El Casal de l’Esquerra  de Badia del Vallès. 
Avda. Burgos 18, Badia del Vallès. 
A les 19 h.
casalesquerra@gmail.com

dijous, 15 de gener del 2009

Nuevamente sobre la cita de Lukacs


Querido Alexandre: creo que leí "precipitadamente" tu nota del otro día, con la cita de Lukacs - a pesar de haberla leído tres veces antes de contestarte- debido a lo mucho que me irrita ese "rupturismo" con el pasado que Lukacs expresa reiteradamente -sus autocríticas, su olvido de obra anterior, su menosprecio de las obras anteriores de otros-.Precisamente en la pluma del pensador que me enseñó a reanudar siempre con el pasado –la Estética, etc- . No he podido librarme de la cita en estos días -hasta la he soñado- y esta mañana volví a leerla: la Libertad. La libertad consta en la cita como la base de la praxis humana, y en concreto, de la praxis por excelencia, la hominizadora, el trabajo. La libertad es la célula base del trabajo que es a su vez le fuerza auto generadora del ser humano, la capacidad hominizadora -esto es afirmado también por los paleo antropólogos, no es una especulación de filósofo- Ante una situación dada, y unas técnicas dadas, etc, a partir de las mismas, el ser humano es capaz de proponerse una finalidad nueva y de encontrar nuevas posibilidades de hacer y de organizar: la libertad .La libertad, como él dice, no es lo opuesto a la necesidad, sino que es la consecuencia de las posibilidades indefinidas que abre una situación concreta, histórica , dada, en las que el ser humano trata de llevar el grado de libertad un poco más lejos, proponiéndose metas nuevas imaginadas, que puedan ser llevadas a la práctica, ejecutando las posibilidades que permite su realidad. (Esto, aparentemente tan abstracto, que explica Lukacs, sirve para la política: en último caso, la revolución como fin propuesto, o una sociedad diferentemente organizada como fin o telos a proponerse, ha de reunir ya, previamente, las condiciones de su posibilidad. Es decir, la acción voluntaria y organizada, necesaria, no puede ser la mediación que trate de alcanzar ese grado de "madurez objetiva" que es la condición necesaria, previa, para alcanzarlo, sino que, por el contrario, la acción y elfin propuestos han de ser expresión y desarrollo de la "madurez objetiva" alcanzada, en la que se incluye el deseo de la mayoría, la cual percibe esa realidad "madura" y sus posibilidades –el ser social (nuevo) determina, de una forma indefinida, es decir, solo como condición suficiente, la conciencia social o imaginación (nueva) de la gente- ; lo otro sería "minoritarismo", “aristocraticismo” -antidemocracia- Todo esto, defendido por Lukacs, no tiene nada que ver con lo que denominamos socialdemocracia o reformismo, que ha sido el esfuerzo voluntario por detener los procesos cuando las masas los veían claros, aún a expensas de asesinar usando los freicorps, o poniéndose de acuerdo con la CIA, con la embajada americana -F González, Soares, Brandt, etc: y que cada palo aguante su vela-. El planteamiento de Lukacs es simplemente "anti infantilista". La obra que siempre me recuerda Lukacs, cuando sostiene estas posiciones políticas serenas, y que el otro día yo cité sin mencionar, es el folleto titulado El Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo... que es donde Lenin explica que cuando comienza la revolución tenían a la totalidad de la clase obrera, la inmensa mayoría del campesinado y casi la mitad del ejército.
Volviendo al texto de Lukacs. Un problema. Creo recordar que al ser el trabajo una actividad "homogeneizadora de la personalidad", que concentra al "hombre entero" dirigiéndolo "enteramente" hacia una finalidad a cuyo logro se dirige su actividad -son conceptos lukacsianos- estaríamos ya saliéndonos de la vida cotidiana en la que no existe "homogeneización" de la personalidad. “Homogeneización” es el efecto que consiste en que todas las facultades del individuo se concentren lograr un fin, orientándose según un principio rector o crítico, u orientador, una necesidad de acción, etc, y unificando, por tanto la personalidad en su logro –“ensimismamiento” sería el término adecuado; el ejemplo clásico es la fábula que narra cómo Arquímedes estaba tan ensimismado pensando en la flotación de los cuerpos, mientras se bañaba, que, al hacérsele la luz, no se dio cuenta de que iba desnudo y salió a la calle gritando “lo he encontrado” –eureka-. Es el ensimismamiento del lector, del que escucha música, del enamorado etc. Esta capacidad de concentración sería salirse ya de lo cotidiano. Hay que relativizar las cosas, porque el trabajo también se mecaniza, etc. Acciones que nos han costado gran dificultad aprenderlas las realizamos automáticamente luego mientras liberamos nuestra consciencia para hacer simultáneamente otras cosas, etc . Esto, que el trabajo se sale de la cotidianidad, sobre todo –creo recordar- es destacado por Heller. Pero creo que el trabajo debe ser considerado actividad de la vida cotidiana y fuente de pensamiento cotidiano; y la homogeneización de la personalidad que el trabajo provoca o conlleva, debe ser considerada propia del pensamiento cotidiano. Sencillamente, no se necesita ni ir a la escuela para aprenderla. La orientación hacia la libertad de elección entre posibilidades sería propia, entonces, de la vida cotidiana: capacidad de elección mediante imaginación productiva y posición de fines, y capacidad de acción según fines: libertad. Pero Libertad es palabra o categoría filosófica :se basa en un saber segundo o reflexión segunda sobre lo que uno hace, sobre sus consecuencias y experiencias y sobre las posibilidades que se abren, desde la situación dada, y sobre la imaginación de nuevos fines –posición de fines, de telos-. La Filosofía, el filosofar, sería propio, inherente, de la vida cotidiana y del pensamiento cotidiano. Por lo menos la célula base.
"Socialismo de la vida cotidiana", la frase final de Lukacs, incrusta las ideas de la reflexión crítica y de libre elección de nuevos fines en el pensamiento cotidiano –el socialismo- y está, creo, también en esta línea. El socialismo es, para el que lo adopta como fin, la opción libremente elegida como alternativa “para” la vida cotidiana y “desde” la vida cotidiana, Y en esta línea de considerar que la elección de uno mismo: que la auto elección libre del propio proyecto de vida y de sociedad está en el pensamiento cotidiano están aquellas otras observaciones que hace Lukacs, en Conversaciones.. sobre la minifalda. Estamos en el mundo de la vida cotidiana: en el ámbito del consumo -no del trabajo- de la gente. Y en este caso, Lukacs piensa en la moda y en las chicas jóvenes de los 60. Cuando dice que la opción de la minifalda es una opción de libertad, y que las chicas no aceptarán caer en la manipulación de la maxifalda. Ahí Lukacs coloca la opción de reflexión sobre los usos y costumbres de la vida cotidiana –repito, aquí, no el trabajo simplemente el consumo, nada tan vida cotidiana como la elección del vestir- en todas las personas y en este caso la reflexión crítica sobre el propio hacer es también a partir de la categoría de Libertad. La filosofía como filosofar sobre la propia vida y actividad está por tanto, en el pensamiento cotidiano de todo ser humano. No se necesita una élite que piense por nosotros, y eso, creo, es lo que afirman estas notas de Lukacs -a pesar de ciertas dudas que se puedan encontrar en algunos otros textos suyos..-

Responde Alexandre:
Estimado Joaquín: La cita es de la entrevista con Perry Anderson. Por cierto tus reflexiones finales sobre el consumo, los usos y costumbres en la vida cotidiana, no la acabo de entender.
El trabajo y el consumo. Nuestra capacidad de "automodelarnos" de hacernos, estaría en el
trabajo; en los fines y no en el consumo, en el consumo, creo, no puede estar la libertad.
En movimiento antimanipulatario del que habalaba Lukacs estaría en la esfera del consumo,
el movimiento estaría contra el consumo inducido, contra las masas exteriormente guiadas de las que hablaba David Riesman.

Repuesta de Joaquín:
El consumo, en la medida en que podemos elegir nuestras necesidades, - que es lo mismo que decir controlar nuestro consumo - es lo que nos está sugiriendo Lukacs. Según sus ideas el consumo es también un ámbito para el ejercicio de la libertad. Ser más sobrios, no consumir eso que pensamos que es antidemocrático usar o atenta contra el equilibrio de la naturaleza, o no consumir para presionar un cambio político.Eso es desde luego, nuevo como pensamiento en la izquierda -no en los mundos de "alternativos"-. Y muy viejo en nuestra cultura. Porque en la filosofía antigua el filósofo de Aristóteles y Platón -no el de la escuelas universalistas, que por cierto,también se eligen seleccionado su consumo: cínicos, estoicos y epicureos, sobrios, parsimoniosos- que se autoelige a sí mismo lo hace desde fuera del trabajo:no trabaja, solo consume y usa de la libertad de tiempo que le concede su apartamiento del trabajo. Volviendo a la política.Si pensamos en que hemos de crear una cultura o una protocultura distinta como forma de que tenga base un proyecto distinto de sociedad, y que la reforma moral, o la transformacion de la vida cotidina ha de ser previa y condición para la constitución de un nuevo sujeto social cultural que esté por la revolución de las relaciones de producción , estamos avanzando en esta línea.Lo último que podremos modificar -o, si no lo último, que no sé, pues se puedepresionar sobre la producción aún sin ser su dueño -cierre de centrales nucelares, pe-, sí lo más difícil de modificar son las relaciones sociales de producción, el control democrático sobre el aparato productivo y su socialización Por otro lado, un antropólogo cultural distinguiría con dificultad trabajo y consumo, al concebir las cosas en términos de usos y costumbres empotrados en culturas. ¿Es trabajo retejar la propia casa, cuando uno es capaz de ello -los campesinos y sus versatilidades-? ¿Es consumo guisar acambio de un salario en una cocina de restaurante? -todos los de los servicios-.Cuando Lukacs convierte la elección de la ropa en un acto de libertad del usuario -que deja de ser por ello un tonto consumidor dispuesto a seguir los dictámenes de la moda- nos trata de enseñar que el sujeto que hace eso se está auto eligiendo en los objetos que va a usar.... Es, según creo rastrear, una idea hegeliana; Marx no tenía prevenciones hacia el desarrollo de nuevas necesidades de consumo. En Hegel, el sujeto, que ha creadoel ethos -la cultura material de usos y costumbres que le permite vivir y en la que se encuentra la felicidad- toma distancia sobre el propio ethos que ha creado, se busca a sí mismo como ser singular autocosnciente y se ve obligado a distanciarse, aun sin darse cuenta, al hacer eso. Percibe ese ethos concreto como "lo negativo" que coarta su libertad de autocosnciencia, -él es en realidad lo negativo en relación con esa cultura positiva creada, existente, obra de la objetivación humana, y adopta una relación consciente y libre respecto de ese ethos; eventualmente, lo modifica, saca de sí otro ethos Esta es la matriz de las ideas sobre la plasticidad humana. Antes, el mundo intelectual, y el filosófico, era el iusnaturalismo -hasta la Revolución francesa: Triunfo y muerte del derecho natural en revolcuión de F Gauthier

dilluns, 12 de gener del 2009

Hacia una ontologia del ser social


Mensaje de Alexandre a Joaquín
Decía Lukács:

 

"En los años `20, Korsch, Gramsci y yo mismo intentamos, cada uno a su modo, enfrentamos con el problema de la necesidad social y con su interpretación mecanicista, herencia de la II Internacional. Heredamos el problema pero ninguno de nosotros -ni siquiera Gramsci que quizás era el mejor dotado de los tres- supo resolverlo. Nos equivocamos y sería un error tratar de revivir las obras de aquel período como si fuesen válidas en nuestros días. En Occidente hay una tendencia a erigirlas en "clásicos de la herejía", pero hoy no tenemos necesidad de ellas. Los años `20 ya han pasado y lo que debe preocupamos son los problemas filosóficos de los años `60. Estoy trabajando actualmente en una Ontología del ser social que espero resuelva los problemas que planteé de un modo totalmente erróneo en mis primeras obras, particularmente en Historia y conciencia de clase. Mi nueva obra se centra en la cuestión de las relaciones entre necesidad y libertad, o, para emplear otra expresión, teleología y causalidad. Tradicionalmente los filósofos han construido sus sistemas sobre uno a otro de estos dos polos: o han negado la necesidad o han negado la libertad humana. Mi objetivo es mostrar la interrelación ontológica entre ambos y rechazar los puntos de vista del "o bien..., o bien" según los cuales la filosofía ha representado tradicionalmente al hombre. El concepto de trabajo es el pivote de mi análisis. Pues el trabajo no está biológicamente determinado. Cuando un león ataca a un antílope, su comportamiento está determinado por una necesidad biológica y sólo por ella. Pero cuando el hombre primitivo se encuentra ante un montón de piedras, debe elegir una de ellas, valorar la que le parezca más adecuada para convertirse en un instrumento, elige entre varias alternativas. La noción de alternativa es fundamental para la significación del trabajo humano, que siempre es por consiguiente, teleológico: fija un objetivo que resulta de una decisión. Así se expresa la libertad humana. Pero esta libertad sólo existe en la puesta en movimiento de una serie de fuerzas físicas objetivas que obedecen a las leyes causales del universo material. La teleología está siempre coordinada, pues, con la causalidad física, y, de hecho, el resultado del trabajo de cada individuo es un momento de la causalidad física para la orientación teleológica de los otros individuos. La fe en una teleología de la naturaleza es algo propio de la teología. Y la fe en una teleología inmanente a la historia carece de fundamento. Pero existe una teleología en cada trabajo humano, íntimamente inserta en la causalidad del mundo físico. Esta posición, que es el núcleo a partir del cual desarrollo mi obra actual, supera la clásica antinomia de la necesidad y la libertad. Pero quisiera subrayar que no estoy tratando de construir un sistema exhaustivo. El título de mi obra -que ya está terminada, pero de la que estoy rehaciendo los primeros capítulos- es Hacia una ontología del ser social. Fíjese en la diferencia. La tarea a la que estoy consagrado necesitará el trabajo colectivo de muchos pensadores para poderse desarrollar. Pero espero que mostrará la base ontológica de este socialismo de la vida cotidiana al que antes me refería."


Respuesta de Joaquín: 


Bueno. 

En primer lugar, eso es zanjar el pasado y ofrecer la ultima moda: ahora sí viene lo bueno. Por suerte tenemos "mnemosyne", memoria: la obra de ellos. 

En segundo lugar. La consciencia de clase atribuible y el partido no son la teoria Gramsci,ni del Gramsci del 20 ("consejos de fébrica"). Y lo que Gramsci aprende en la URSS es, cuando va ya después de la derrota, la alianza con los campesinos. Y,después, con el fascismo, ya los cuadernos de la Cárcel están "en otra época, en la de las ideas del final de L: esas ideas de relación entre necesidad y libertad, o sea que en cada momento el sujeto en lucha desde el "interior" de la lucha, desde la "conciencia participante" en la lucha , en el desarrollo de nuevas facultades y de nuevas experiencias e imaginaciones, por usar un término antropológico, en función de lo que se experimenta como necesidad y posibilidad van decidiendo su meta concreta (el términomedio aristotélico de Luckács).

En fin las de Luckács son frases atormentadas sobre el pasado...todo ese rechazo a su propia obra anterior al marxismo,...

¿Y de la obra de Marx, nacida en medio de derrotas?¿que decir, entonces? La idea de que se les lea como herejes, para separarlos del tronco central del comunismo, que se use Historia y Conciencia de Clase contra el comunismo desde el izquierdismo, también le obsesiona... 

diumenge, 11 de gener del 2009

György Lukács. Ética, Estética y Ontología


György Lukács.  Ética, Estética y Ontología

Miguel Vedda (Compilador)

Antonino Infranca (Compilador)

Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2007.

ISBN: 9789505634033

György Lukács es una figura clave en el pensamiento de nuestra época. La vastedad de sus ocupaciones y la originalidad de su análisis; la vinculación con algunos de los principales intelectuales del siglo XX; el ascendiente sobre pensadores tales como Walter Benjamín, Lucien Goldmann o Guy Debord; la vigencia de su obra; el compromiso ético y político: todo ello ha contribuido a sostener, al margen de los virajes históricos, el interés por la persona y la producción intelectual de este filósofo húngaro.

La presente antología, a cargo de Miguel Vedda y Antonino Infranca, se propone cubrir algunos importantes huecos que hay en la bibliografía disponible en castellano sobre la vida y obra de Lukács. Con ese fin, los compiladores han incorporado algunos textos de Lukács inéditos en castellano, como "Origen y valor de la obra poética" o "Gran Hotel Abismo", y una serie de estudios focalizados en las etapas juvenil y tardía, firmados por Jung, Benseler, Bollenbeck, Heller, Oldrini, Infranca y Tertulian.
Este volumen se completa con una introducción, una tabla cronológica y una bibliografía básica en castellano.

Antonino Infranca es Doctor en Filosofía por la Academia Húngara de Ciencias. Realizó investigaciones en el instituto Lukács, de Budapest. En 1989, recibió el premio Lukács. Es autor, entre otros libros, de El otro occidente (2000), Trabajo, individuo, historia. El concepto de trabajo en Lukács (2005) y Los filósofos y las mujeres (2006). Es miembro de la Internationale Georg-Lukács-Gesellschaft.

Miguel Vedda es Doctor en Letras por la Universidad de Buenos Aires, profesor titular de Literatura Alemana (UBA) e investigador del CONICET. Ha editado, entre otros,
 Antología de la novela corta alemana. De Goethe a Kafka (2001), György Lukács y la literatura alemana (2005) y La sugestión de lo concreto (2006). Ha traducido y comentado para la colección ColihueClásicaManuscritos Económico-Filosóficos y El proceso. Es miembro de la Internationale Georg-Lukács-Gesellschaft.

A propósito del Luckács tardío

 


Correspondencia  entre Joaquín Miras y Alexandre Carrodeguas


Querido Alexandre: 


estoy acabando de leer el libro que me enviaste con textos de y sobre Lukács. 


Gyorgy Lukács, Ética, Estética y Ontología

Ediciones Colihúe, 

Buenos Aires 2007, ( http://www.colihue.com.ar/fichaLibro?bookId=23758 ).


Libro producido por la mano de Infranca y Vedda, dos competentes. Todo él muy interesante. Me ha parecido excepcionalmente bueno el artículo largo de Frank Benseler "El Lukacs tardío y el viraje subjetivo en el marxismo" . Confieso que todavía no he leído el penúltimo artículo, que es de Infranca: "Fenomenología y ontología en el marxismo de Lukacs"; lo había dejado para lo último, porque pensaba que sería el más interesante, y lo leeré, pero es difícil que "gane" ya a Benseler . Como sabes, estoy leyendo al padre de todos los subjetivismos, Hegel y todavía entreveo más el hilo de Benseler -y de todos en general -. 

Me arrugo pensando en  que, no sé cuando, voy a tener que volver a la leer la ontología de Lukacs. Las cosas que he leído a otros de los autores del libro que reflexionaba sobre la teoría de la vida cotidiana y del pensamiento cotidiano en Lukacs también me han sido de interés. Interés siempre desde lo que yo busco, y que es lo que me lleva a leer al tremendo y tortuoso Hegel, que es reflexión sobre la democracia. La democracia, prima facie se "hace", no se reflexiona; pero reflexionarla no es malo... y menos cuando se puede hacer poco en otras direcciones... por el momento al menos. 

Pues la democracia exige sujetos poderosos, - no "PODEROSOS", enfáticamente y en plan "sujeto trascendental" sea esto lo que sea; pero sí poderosos, esto es, que protagonicen su praxis desde su cabeza- y todo lo que, en el plano teórico,  verse sobre el sujeto, sobre la subjetividad y su despliegue, el protagonismo sobre sus propios actos etc., y sobre el sujeto y la vida cotidiana y plantee la posibilidad de interpelar/ actuar desde el pensamiento cotidiano, desde el sentido común, y en consecuencia, todo lo que ponga la práctica política y la deliberación sobre política y sobre la praxis en ese nivel, del sujeto y de la vida cotidiana y del pensamiento cotidiano del sujeto, nos hace a todos más poderosos; todo lo que lleve las cosas hacia una interpretación de la política entendida como "ciencia", hacia las objetivaciones intelectuales surgidas como consecuencia de la división del trabajo, y hacia sus elites, nos hace canijos, dicho en pocas palabras: siempre será necesario un médico para aplicar el saber científico sobre la salud, un ingeniero para planear una obra civil, etc. 

Sigue creciéndome en la mente –todo ello a partir de recuerdos de lectura viejos, quiero decir, porque hace mucho que no frecuento su obra - el “hegeliano” Gramsci , como resultado de todas estas lecturas; porque es el que mete en el pensamiento cotidiano, en el sentido común de la gente, la filosofía. Si pudiste leer la entrevista- libro en francés con Pierre Hadot recordarás cómo el problema que se debatía era si todos podemos o no ser filósofos; sus simpatías eran por las escuelas doctrinales universalistas, epicúreos y estoicos... que querían adoctrinar, interpelar para que se encaminara a la filosofía, a toda la humanidad, o sea que creían que todos somos o podemos ser filósofos, desde nuestra vida diaria, sin dejar de trabajar y atender las necesidades de la vida, ideas que explicaba también el libro de Hadot sobre la Filosofía Antigua… y también allí, su referencia al marxismo –asombrosa, porque Hadot no es marxista- como el único filosofar actual que interpela a todo individuo a que se piense y se elija; como la única filosofía actual que interpela a la vida del individuo, a pensar sobre ella, a cambiarla, etc. Creo que esto es una referencia a Gramsci, casi seguro; porque , desde luego, no es algo que pueda encontrarse en el marxismo francés…  

Porque Gramsci escribe que Todo hombre es filósofo. Y aquí es donde creo que hay una diferencia muy notable respecto del pensamiento de Lukacs –que es a donde quería llegar-: Lukacs. Si mal no recuerdo excluye del pensamiento cotidiano, al que considera heterogéneo, simpráxico, contradictorio, etc etc, las ideas con método, fuertes, a pesar de que Lukcas mete la imaginación en el pensamiento cotidiano (¿ o no...?, no recuerdo con exactitud)...Y en la ontología, creo recordar, Lukacs no considera, la Vida Cotidiana -y el pensamiento cotidiano, en consecuencia-, como "categorizable ontologicamente", sino como espacio de mediación. Sea lo que sea negarle “categorización ontológica a la vida cotidiana” significa negarle entidad intelectual activa, productiva, al pensamiento de la gente...; entonces, qué, ¿a esperar que la élite nos guíe...? 

Pero yo sería un besugo rematado  si me perdiera la posibilidad de volver a re- reflexionar todo esto con texto de Lukacs delante, porque en el peor de los casos, se puede aprender mucho de él, y en el mejor, yo estaría completamente equivocado: no sé si será posible volver a leer la ontología, pero sería muy importante: dificultades:  56 años, instituto familia y quiero ir a Gramsci y no dejar a Aristóteles...y quizá a Suárez...

Le envío esto a Pep Traverso, que sabe mucho de Lukacs y a Joan. Por si quieren añadir algo...

Un abrazo


Pregunta de Alexandre:


Estimado Joaquín;  No entiendo muy bien lo que refieres de Lukacs:

"mientras que Lukacs . si mal no recuerdo excluye del pensamiento cotidiano, al que considera heterogéneo, simpráxico, contradictorio, etc etc las ideas con método, fuertes, a pesar de meter la imaginación en el pensamiento cotidiano (¿ o no...?)...Y en la ontología, creo, no considera, la Vida Cotidiana -y el pensamiento cotidiano, en consecuencia- como "categorizable ontológicamente"


Respuesta de Joaquin


Me refería a la entidad que Lukacs le confiere al pensamiento cotidiano. A dudas sobre ciertas consecuencias políticas que se extraerían de las ideas filosóficas, pero a partir de recuerdos míos. Las lecturas de la obra de Lukacs están, a estos efectos, muy lejanas: me puedo estar equivocando mucho. De entrada es muy valioso que Lukacs reconozca la importancia y el sano materialismo, el realismo, del "reflejo" del pensamiento cotidiano: el pensamiento cotidiano no es distorsionado, es ajustado al mundo, es el saber que nos permite seguir vivos minuto a minuto, etc. 

Pero además Lukacs –creo…- caracteriza el pensamiento cotidiano con otras características, entre las que, parece, se excluye la posibilidad de la autorreflexión sobre sí mismo de cada individuo o cada sujeto. Se excluye la reflexión y la evaluación de la propia experiencia de vida, de la experiencia práxica desde valores; se excluye   la imaginación, o sea se excluye la facultad de construcción de fines nuevos, alternativos a los sostenidos, que es fundamental para orientar de forma alternativa la praxis de vida. "Imaginación" es la "facultad utópica" . Benseler la define o la iguala o la denomina con la palabra, “utopía”. Pero "utopía" me parece un término "enfático" –que diría Lukacs- para referirse a algo normal cargándolo de excesivo emotivismo y convirtiéndolo así en algo trascendente, escatológico, mesiánico. Sin imaginación, ni reflexión sistemática sobre la propia experiencia, este pensamiento cotidiano así caracterizado carece de las condiciones para poder ser sede del filosofar. Como es el único pensamiento que todo ser humano puede tener, la filosofía no sería inherente a él. La filosofía sería un pensamiento, si bien nacido, en su génesis, en las experiencias de vida, lo mismo que todos los otros saberes especializados, un pensamiento  solo posible tras la "división del trabajo" y la aparición de especialistas....No todo hombre podría ser filósofo, sino solo el que acudiese a una "escuela de filósofos" ... (insisto en que hace mucho que no leo a Lukacs y puedo estar desbarrando. Su obra política final va por otro camino: el “movimiento antimanipulatorio” que cree que hay que organizar en sus "Conversaciones", y que es alternativo a la “forma partido”… su libro sobre la democratización…). 

Si el pensamiento cotidiano fuese el pensamiento fundamental, si Lukcas le otorgase ese estatuto, el pensamiento cotidiano y la vida cotidiana deberían ser las “categorías” centrales de una reflexión sobre los constituyentes del ser humano: esto es, deberían ser las “categorías” centrales de una "ontología", dado que él era un filósofo que creía necesario este tipo de reflexión ontológica... sabemos que Gramsci sí pone ese pensamiento en todo ser humano, y por eso su libro sobre filosofía es parenético: amonesta a cada individuo a "conocerse a sí mismo" y a dedicarse a la practica política...

Otra cosa que se me quedó en el tintero ayer: sobre las "elites". Las elites políticas son ridículas porque creen saberlo todo ellas. Creen poseer un saber que les permite establecer la "estrategia" que todos deben seguir. No es ésta una crítica contra otra forma del hacer político que es la de quienes, sin esperar a que todo el mundo lo haga, se ponen a hacer y a actuar. Estos otros son los grupos de personas que están en la "descubierta" y hacen la parénesis con sus actos. Invitan a los demás a incorporase a la actividad y hacer, y a pensar sobre el hacer. Estos otros serían, si el término no estuviese pervertido, la "vanguardia". La vanguardia de un ejército -el término procede de lo militar- son grupos pequeños, avanzados, desconectados entre sí ; lo primero que se lleva por delante la ofensiva enemiga, los primeros en morir. Que por estar adelantados, saben qué es lo que hace el enemigo en su lugar concreto -no tienen, no pueden, visión global- y que en su lugar concreto, actúan lo mejor que pueden, en la esperanza de que otros muchos hagan lo mismo en sus otros lugares concretos -y las vanguardias militares, también esperan que a alguien en algún palacio se le ocurra descolgar un teléfono y ordenar que se les envíe ayuda-. 

Pero, "Vanguardia" es, en el lenguaje de un mundo político ya muerto, lo contrario: es el estado mayor, que evalúa, decide, da órdenes a todos, distribuye recursos, establece metas... La "Estrategia" es su fuerte. Lo que sea la estrategia lo explica muy bien Tolstoi en Guerra y paz: el que menos creía en ella era el más sensato: el general ruso Kutusof. Se manda una división a luchar contra otra, y se pierde en el camino porque el mapa que lleva es malo, o cuando llega al lugar, la unidad enemiga ya no está, o por el camino pasa por delante de otra unidad enemiga formada, y que "no debería estar allí" y que los aniquila, o caen sobre el campamento de una unidad enemiga "que tampoco debía estar allí" y que está vivaqueando y la masacran...

La Estrategia no existe... en las luchas sociales, al menos. Los grupos de avanzada, amonestan a los otros individuos a incorporarse a la praxis política y cultural nueva, en un juego de suma cero: si se suman a las vanguardias se restan al enemigo: nunca hay choque estratégico: solo hay un ejército. Si uno crece el otro se disuelve: “toda la clase obrera, la inmensa mayoría del campesinado y casi la mitad del ejército”, de un ejército cuya otra parte se disolvía...era lo que tenían los bolcheviques en 1917, según nos cuenta Lenin mismo. El secreto mejor guardado del “asalto al Palacio de Invierno” es que cuando Stepanov Ovshenko y sus tropas llegaron allí… se encontraron con que solo estaban las señoras de los retretes, con sus guardapolvos grises. Nadie más; no había "otra parte", se había disuelto el estado y nadie hacía caso de las órdenes que salían desde los teléfonos de la presidencia: era inútil estar allí. Todos se habían ido. No había pues necesidad de "estrategia" de ataque... a parte  los pocos regimientos leales al zar ...

En este otro sentido, al que yo me refiero, sí hay vanguardia, y sí se necesita intelectual colectivo que agrupe y amoneste a la praxis, pero no como elite, no como "vanguardia de clase cuyo máximo exponente es el secretario general". En este sentido, creo, hay que entender la crítica de Sacristán a la "estrategia política" : "... es meterse a demiurgo y ser un zascandil..." o algo así... pero sobre esto sería mucho más seguro preguntarle a Salvador

Lo envío a Pep y a Joan. 

Pep ha trabajado mucho sobre Lukcas y probablemente puede aclarar muchas cosas.

 

 ...hay un par de cosas que me dejaba en el tintero sobre la posibilidad/imposibilidad de la estrategia en la sociedad o sea, esto es, sobre la posibilidad/necesidad de que una elite intervenga y dirija como estado mayor la lucha política .


1)  La organización activa de la gente, el desarrollo de nuevas formas de control sobre la vida, mediante la lucha y mediante la elaboración de alternativas de vida, de alternativas de cultura, es lo que genera una fuerza, un poder, unas capacidades nuevas intelectuales y objetivas, antes no existentes, y es lo que concomitantemente, desarrolla en la gente, en la organizada y en la que contempla las potencialidades de la organización, las nuevas expectativas, las nuevas exigencias, la nueva imaginación, antes no existentes. Es el nuevo ser el que desarrolla las nuevas posibilidades reales y las nuevas imaginaciones sobre lo deseable ya posible (bueno: “el ser social (nuevo) determina la conciencia social (nueva)… dijo Marx) . Todo eso no es planteable ni planeable "negro sobre blanco" antes, salvo cuento de la lechera. 

Esto, creo lo había llegado a pensar Lukacs, cuando apelaba a Aristóteles – Estética- y a su teoría del término medio moral: la moral de cada individuo es concreta: parte de las posibilidades que plantea y abre la realidad, y se orienta en ellas a partir de sus opciones valorativas. Creo que es lo que Benseler recoge al final de su ponencia: "Pongámoslo en claro: en Lukacs no hay ninguna soberanía absoluta de la conciencia. También niega la existencia de un ámbito de valores metafísicos. La conciencia está continuamente relacionada con las determinaciones causales del mundo externo, objetivo. La actividad teleológica es decir (.) la posición de fines  (.) solo es posible en el ámbito de juego en el que la fantasía productiva encuentra medios para colocar la causalidad al servicio de los propios fines. Aquí se produce la autonomía a partir de la heteronomía" (p. 185) . 

Una matización de lenguaje: yo prefiero hablar de “imaginación” productiva que de “fantasía productiva” , aunque prefiera “fantasía” a “utopía”. Volviendo a la cita. Según lo que dice Benseler también se puede interpretar que Lukacs considera que es la organización nueva de la gente la que genera nuevas imaginaciones posibles: "La suma de las decisiones individuales tomadas sobre la base de una libertad relativa [que es la que abre o permite la causalidad anterior, o sea las relaciones sociales  y políticas anteriores y las luchas anteriores, cuyos resultados han fraguado en una objetividad que tiene que ser respetada, pero que ofrecen posibilidades nuevas de hacer, todo ello dentro del marco de libertad conseguido sobre la naturaleza por la actividad productiva humana, y etc] configura una nueva realidad con carácter necesario, ante la cual se constituye , además, la posibilidad de la [de una nueva] posición teleológica [de una nueva posición de fines por parte del individuo] " (p. 186). Los nuevos estadios que se alcanzan y las nuevas expectativas imaginarias que se abren en las personas, como resultado de lo que sucede, son "contrafácticos" y no son presuponibles a priori ni por el más grande siervo de los siervos del Señor.

2) La estrategia como modo de conducir a las masas allá donde ellos no quieren o no se han planteado ("aún no lo quieren, pero es por su bien") es antidemocrática y manipulatoria. Toda manipulación inflinge autoderrota: la percepción de la inmoralidad del uso instrumental de las personas y de lo mejor de ellas, -de su confianza en que vale la pena obrar desinteresadamente por el bien de todos-, por parte del siervo de los siervos genera desconfianza y desmovilización. "todos son iguales y todos van a los suyo". Crear un nuevo sujeto, un nuevo poder, un nuevo dominio de la gente sobre sus capacidades –ayudar a hacer nacer nuevas capacidades en los individuos- mediante la organización exige el respeto escrupuloso de las expectativas y deseos imaginados por la gente, y exige ser instrumento de ellos, si es que la gente delega en uno; “mandar obedeciendo” o sea la democracia –“mandar y obedecer por turnos” era la norma clásica: el sorteo…- . 

Sólo abandonar el proceso si los fines nuevos emergentes fuesen fines que contemplan la explotación de otros seres. La parénesis no se hace mediante la razón, el discurso abstracto desde unos fines morales generales , sino mediante la incitación a hacer juntos, y el ejemplo de que eso es útil y da resultados. Esa nueva praxis es la que permite que seamos más haciendo, y más deliberando a partir del nuevo poder obtenido y de la nueva experiencia de poder democrático. La praxis, y no otra cosa, es el suelo base objetivo que abre posibilidades y abre imaginaciones. Esa deliberación común, no trucada, condición de la praxis y a la vez, luego, consecuencia de la praxis, es el nuevo filosofar praxeológico, -todos los hombres son filósofos- en el que podemos participar con nuestras opciones en pie de igualdad, como uno más. 

Cuando Lenin, cuando Gramsci proponen darle la tierra a los campesinos, es que han percibido empíricamente que esa es la expectativa de los mismos, ...aunque desde la razón del Espíritu Absoluto hecho carne –en el siervo de los siervos y en su Comité. Ejecutivo-, no sea ése el fin, sino la socialización de los medios de producción, etc. Pero la honestidad moral obliga a –o “impide”- no meter la pata de hoz y coz y a no destruir, con nuestras fantasías personales, la confianza, la esperanza de la gente, y por tanto a no destruir el poder popular. La acción siempre ha de tener fines en sí mismos y siempre ha de basarse en los fines que asumen las personas participantes, sin reservas mentales: “praxis” es lo que quiere decir: acción que se agota en sí misma. Poiesis, por el contrario, es el nombre de la actividad que es mediación para otra actividad: hacer zapatos, acción mediación para usarlos. Asumir metas inmediatas, como resolver los problemas de la gente ahora: la gasificadora de El Ferrol, el paro, el sufrimiento actual , presente, humano, es una idea sobre la que insiste mucho Joan. Y eso es praxis. Sólo que la praxis nos hace crecer: una vez agotada la acción, somos más fuertes, somos más, estamos más convencidos, tenemos más nuevas ideas, nuevas capacidades, nuevas imaginaciones ...pero esto ya no es "lavanguardia" sino “el intelectual orgánico”: orgánico o servidor de las nuevas facultades y expectativas, servidor de su soberano, el pueblo organizado; esto es la democracia.... Un abrazo 


Postdata de Joan.


Efectivamente, creo que la operación de Gramsci denominando intelectual colectivo a la organización comunista y intelectuales orgánicos a los cuadros sociales representativos del pueblo trabajador en el conjunto de su compleja composición de clase han sido despreciadas, incomprendidas y manipuladas históricamente. 

Creo que se trataba del núcleo de una teoría alternativa global a la teoría kautskiana de que la conciencia viene desde fuera. Gramsci no tuvo tiempo para desarrollarla pero puso las palabras-conceptos clave sobre la mesa. El desarrollo real de esa teoría no podría o debería ser un enésimo libro "teórico" sobre Gramsci (aunque no sobraría un libro que desarrollase este tema), si no que se trata de una función absolutamente "práctica": desarrollar una organización democrática que acepte absolutamente la idea de que "todo hombre es filósofo", que rechace la barbaridad filo-polpotiana que el pueblo soberano está alienado y que necesita un desalienador.

El desalienador se considera el poseedor de la conciencia verdadera de la clase que está alienada. Quizás adopte diversas pedagogías para desalienar a la masa: la paciente y lenta del agit-prop, o la violenta de la dictadura sobre el proletariado. No existe muralla china entre el kautskismo y el estalinismo, es por ello que es relativamente fácil pasar de uno al otro sin solución de continuidad.

Comunismo es democracia o no es comunismo: Libertad y igualdad.

Yo si creo que la clase necesita personal de vanguardia. Es decir personas que se situan en la trinchera, en primera línea de la lucha, personas que encuentren su libertad en la entrega a la república. Pero no gente que se entregue siempre y perennemente, si no que se entreguen a la república cada vez que la república lo precise, pero ni un minuto más. El pueblo trabajador necesita Cincinatos, no Césares.

En cambio, los sustentadores de la idea de la vanguardia como grupo que desaliena a las masas y que las conduce a la vanguardia, consideran, como dice Joaquín, que vanguardia es sinónimo de estado mayor. Cualquier militar sabe que esto es falso. Pero ellos suelen atribuirse las funciones de estado mayor, sin que nadie los haya ascendido ni nombrado para ello.

En Atenas, ser estratego era peligroso: te nombraba la asamblea y podía condenarte a muerte si no hacías las cosas bien. La gloria del estratego era siempre provisional, sujeta a la rendición de cuentas ante la asamblea. Y esa rendición de cuentas podía costarle no sólo el cargo, si no incluso la vida.

A mi modo de ver, un cuadro social de vanguardia equivale a lo que Gramsci llamaba intelectual orgánico. Surge de la clase, permanece dentro de la clase, expone su pecho a las balas enemigas y muere el primero. Ahí está su debilidad: muriendo deja paso a aquellos cuya única aspiración consiste en el ascenso social personal, a aquellos que sustituyendo a la clase están dispuestos a ejercer una dictadura perenne sobre la clase. Pero dictadura y perennidad son términos antitéticos en la tradición republicana romana. La perennidad de la dictadura es un monstruo de la política del siglo XX.

La burocracia que en la URSS substituyó al poder soberano del pueblo, se formó en base al exterminio de la verdadera vanguardia proletaria y campesina durante la guerra civil. La vanguardia fue al frente y ofeció su vida y, lógicamente tuvo un inmenso número de bajas. La burocracia siempre es una mezcla de los cobardes que nunca se presentan voluntarios para las guerras y de los intelectuales y especialistas de la clase contraria con quienes hay que contar para que el nuevo estado funcione. La falta de democracia hace el resto. Debo este análisis a Isaac Deuscher. 

El pueblo trabajador no puede estar siempre y en todo lugar entregado a la república. Tiene que trabajar para comer. Un pueblo constituido por políticos profesionales no podría comer, ni vestirse, ni enceder la luz o la calefacción. Tampoco la sociedad podría reproducirse. ( ¿No hemos oído nunca el grito: " ¡Aquí estan, estos son los que aguantan la nación!" ? ¿Hemos reflexionado sobre ello?).

Por eso por que no puede estar permanentemente reunido, el pueblo soberano o trabajador encarga a algún servidor suyo determinadas tareas. Pero, o lo controla, lo limita, reduce su poder,  le exige cuentas y le obliga a servirle o acaba siendo servidor suyo.