Correspondencia entre Joaquín Miras y Alexandre Carrodeguas
Querido Alexandre:
estoy acabando de leer el libro que me enviaste con textos de y sobre Lukács.
Gyorgy Lukács, Ética, Estética y Ontología
Ediciones Colihúe,
Buenos Aires 2007, ( http://www.colihue.com.ar/fichaLibro?bookId=23758 ).
Libro producido por la mano de Infranca y Vedda, dos competentes. Todo él muy interesante. Me ha parecido excepcionalmente bueno el artículo largo de Frank Benseler "El Lukacs tardío y el viraje subjetivo en el marxismo" . Confieso que todavía no he leído el penúltimo artículo, que es de Infranca: "Fenomenología y ontología en el marxismo de Lukacs"; lo había dejado para lo último, porque pensaba que sería el más interesante, y lo leeré, pero es difícil que "gane" ya a Benseler . Como sabes, estoy leyendo al padre de todos los subjetivismos, Hegel y todavía entreveo más el hilo de Benseler -y de todos en general -.
Me arrugo pensando en que, no sé cuando, voy a tener que volver a la leer la ontología de Lukacs. Las cosas que he leído a otros de los autores del libro que reflexionaba sobre la teoría de la vida cotidiana y del pensamiento cotidiano en Lukacs también me han sido de interés. Interés siempre desde lo que yo busco, y que es lo que me lleva a leer al tremendo y tortuoso Hegel, que es reflexión sobre la democracia. La democracia, prima facie se "hace", no se reflexiona; pero reflexionarla no es malo... y menos cuando se puede hacer poco en otras direcciones... por el momento al menos.
Pues la democracia exige sujetos poderosos, - no "PODEROSOS", enfáticamente y en plan "sujeto trascendental" sea esto lo que sea; pero sí poderosos, esto es, que protagonicen su praxis desde su cabeza- y todo lo que, en el plano teórico, verse sobre el sujeto, sobre la subjetividad y su despliegue, el protagonismo sobre sus propios actos etc., y sobre el sujeto y la vida cotidiana y plantee la posibilidad de interpelar/ actuar desde el pensamiento cotidiano, desde el sentido común, y en consecuencia, todo lo que ponga la práctica política y la deliberación sobre política y sobre la praxis en ese nivel, del sujeto y de la vida cotidiana y del pensamiento cotidiano del sujeto, nos hace a todos más poderosos; todo lo que lleve las cosas hacia una interpretación de la política entendida como "ciencia", hacia las objetivaciones intelectuales surgidas como consecuencia de la división del trabajo, y hacia sus elites, nos hace canijos, dicho en pocas palabras: siempre será necesario un médico para aplicar el saber científico sobre la salud, un ingeniero para planear una obra civil, etc.
Sigue creciéndome en la mente –todo ello a partir de recuerdos de lectura viejos, quiero decir, porque hace mucho que no frecuento su obra - el “hegeliano” Gramsci , como resultado de todas estas lecturas; porque es el que mete en el pensamiento cotidiano, en el sentido común de la gente, la filosofía. Si pudiste leer la entrevista- libro en francés con Pierre Hadot recordarás cómo el problema que se debatía era si todos podemos o no ser filósofos; sus simpatías eran por las escuelas doctrinales universalistas, epicúreos y estoicos... que querían adoctrinar, interpelar para que se encaminara a la filosofía, a toda la humanidad, o sea que creían que todos somos o podemos ser filósofos, desde nuestra vida diaria, sin dejar de trabajar y atender las necesidades de la vida, ideas que explicaba también el libro de Hadot sobre la Filosofía Antigua… y también allí, su referencia al marxismo –asombrosa, porque Hadot no es marxista- como el único filosofar actual que interpela a todo individuo a que se piense y se elija; como la única filosofía actual que interpela a la vida del individuo, a pensar sobre ella, a cambiarla, etc. Creo que esto es una referencia a Gramsci, casi seguro; porque , desde luego, no es algo que pueda encontrarse en el marxismo francés…
Porque Gramsci escribe que Todo hombre es filósofo. Y aquí es donde creo que hay una diferencia muy notable respecto del pensamiento de Lukacs –que es a donde quería llegar-: Lukacs. Si mal no recuerdo excluye del pensamiento cotidiano, al que considera heterogéneo, simpráxico, contradictorio, etc etc, las ideas con método, fuertes, a pesar de que Lukcas mete la imaginación en el pensamiento cotidiano (¿ o no...?, no recuerdo con exactitud)...Y en la ontología, creo recordar, Lukacs no considera, la Vida Cotidiana -y el pensamiento cotidiano, en consecuencia-, como "categorizable ontologicamente", sino como espacio de mediación. Sea lo que sea negarle “categorización ontológica a la vida cotidiana” significa negarle entidad intelectual activa, productiva, al pensamiento de la gente...; entonces, qué, ¿a esperar que la élite nos guíe...?
Pero yo sería un besugo rematado si me perdiera la posibilidad de volver a re- reflexionar todo esto con texto de Lukacs delante, porque en el peor de los casos, se puede aprender mucho de él, y en el mejor, yo estaría completamente equivocado: no sé si será posible volver a leer la ontología, pero sería muy importante: dificultades: 56 años, instituto familia y quiero ir a Gramsci y no dejar a Aristóteles...y quizá a Suárez...
Le envío esto a Pep Traverso, que sabe mucho de Lukacs y a Joan. Por si quieren añadir algo...
Un abrazo
Pregunta de Alexandre:
Estimado Joaquín; No entiendo muy bien lo que refieres de Lukacs:
"mientras que Lukacs . si mal no recuerdo excluye del pensamiento cotidiano, al que considera heterogéneo, simpráxico, contradictorio, etc etc las ideas con método, fuertes, a pesar de meter la imaginación en el pensamiento cotidiano (¿ o no...?)...Y en la ontología, creo, no considera, la Vida Cotidiana -y el pensamiento cotidiano, en consecuencia- como "categorizable ontológicamente"
Respuesta de Joaquin
…Me refería a la entidad que Lukacs le confiere al pensamiento cotidiano. A dudas sobre ciertas consecuencias políticas que se extraerían de las ideas filosóficas, pero a partir de recuerdos míos. Las lecturas de la obra de Lukacs están, a estos efectos, muy lejanas: me puedo estar equivocando mucho. De entrada es muy valioso que Lukacs reconozca la importancia y el sano materialismo, el realismo, del "reflejo" del pensamiento cotidiano: el pensamiento cotidiano no es distorsionado, es ajustado al mundo, es el saber que nos permite seguir vivos minuto a minuto, etc.
Pero además Lukacs –creo…- caracteriza el pensamiento cotidiano con otras características, entre las que, parece, se excluye la posibilidad de la autorreflexión sobre sí mismo de cada individuo o cada sujeto. Se excluye la reflexión y la evaluación de la propia experiencia de vida, de la experiencia práxica desde valores; se excluye la imaginación, o sea se excluye la facultad de construcción de fines nuevos, alternativos a los sostenidos, que es fundamental para orientar de forma alternativa la praxis de vida. "Imaginación" es la "facultad utópica" . Benseler la define o la iguala o la denomina con la palabra, “utopía”. Pero "utopía" me parece un término "enfático" –que diría Lukacs- para referirse a algo normal cargándolo de excesivo emotivismo y convirtiéndolo así en algo trascendente, escatológico, mesiánico. Sin imaginación, ni reflexión sistemática sobre la propia experiencia, este pensamiento cotidiano así caracterizado carece de las condiciones para poder ser sede del filosofar. Como es el único pensamiento que todo ser humano puede tener, la filosofía no sería inherente a él. La filosofía sería un pensamiento, si bien nacido, en su génesis, en las experiencias de vida, lo mismo que todos los otros saberes especializados, un pensamiento solo posible tras la "división del trabajo" y la aparición de especialistas....No todo hombre podría ser filósofo, sino solo el que acudiese a una "escuela de filósofos" ... (insisto en que hace mucho que no leo a Lukacs y puedo estar desbarrando. Su obra política final va por otro camino: el “movimiento antimanipulatorio” que cree que hay que organizar en sus "Conversaciones", y que es alternativo a la “forma partido”… su libro sobre la democratización…).
Si el pensamiento cotidiano fuese el pensamiento fundamental, si Lukcas le otorgase ese estatuto, el pensamiento cotidiano y la vida cotidiana deberían ser las “categorías” centrales de una reflexión sobre los constituyentes del ser humano: esto es, deberían ser las “categorías” centrales de una "ontología", dado que él era un filósofo que creía necesario este tipo de reflexión ontológica... sabemos que Gramsci sí pone ese pensamiento en todo ser humano, y por eso su libro sobre filosofía es parenético: amonesta a cada individuo a "conocerse a sí mismo" y a dedicarse a la practica política...
Otra cosa que se me quedó en el tintero ayer: sobre las "elites". Las elites políticas son ridículas porque creen saberlo todo ellas. Creen poseer un saber que les permite establecer la "estrategia" que todos deben seguir. No es ésta una crítica contra otra forma del hacer político que es la de quienes, sin esperar a que todo el mundo lo haga, se ponen a hacer y a actuar. Estos otros son los grupos de personas que están en la "descubierta" y hacen la parénesis con sus actos. Invitan a los demás a incorporase a la actividad y hacer, y a pensar sobre el hacer. Estos otros serían, si el término no estuviese pervertido, la "vanguardia". La vanguardia de un ejército -el término procede de lo militar- son grupos pequeños, avanzados, desconectados entre sí ; lo primero que se lleva por delante la ofensiva enemiga, los primeros en morir. Que por estar adelantados, saben qué es lo que hace el enemigo en su lugar concreto -no tienen, no pueden, visión global- y que en su lugar concreto, actúan lo mejor que pueden, en la esperanza de que otros muchos hagan lo mismo en sus otros lugares concretos -y las vanguardias militares, también esperan que a alguien en algún palacio se le ocurra descolgar un teléfono y ordenar que se les envíe ayuda-.
Pero, "Vanguardia" es, en el lenguaje de un mundo político ya muerto, lo contrario: es el estado mayor, que evalúa, decide, da órdenes a todos, distribuye recursos, establece metas... La "Estrategia" es su fuerte. Lo que sea la estrategia lo explica muy bien Tolstoi en Guerra y paz: el que menos creía en ella era el más sensato: el general ruso Kutusof. Se manda una división a luchar contra otra, y se pierde en el camino porque el mapa que lleva es malo, o cuando llega al lugar, la unidad enemiga ya no está, o por el camino pasa por delante de otra unidad enemiga formada, y que "no debería estar allí" y que los aniquila, o caen sobre el campamento de una unidad enemiga "que tampoco debía estar allí" y que está vivaqueando y la masacran...
La Estrategia no existe... en las luchas sociales, al menos. Los grupos de avanzada, amonestan a los otros individuos a incorporarse a la praxis política y cultural nueva, en un juego de suma cero: si se suman a las vanguardias se restan al enemigo: nunca hay choque estratégico: solo hay un ejército. Si uno crece el otro se disuelve: “toda la clase obrera, la inmensa mayoría del campesinado y casi la mitad del ejército”, de un ejército cuya otra parte se disolvía...era lo que tenían los bolcheviques en 1917, según nos cuenta Lenin mismo. El secreto mejor guardado del “asalto al Palacio de Invierno” es que cuando Stepanov Ovshenko y sus tropas llegaron allí… se encontraron con que solo estaban las señoras de los retretes, con sus guardapolvos grises. Nadie más; no había "otra parte", se había disuelto el estado y nadie hacía caso de las órdenes que salían desde los teléfonos de la presidencia: era inútil estar allí. Todos se habían ido. No había pues necesidad de "estrategia" de ataque... a parte los pocos regimientos leales al zar ...
En este otro sentido, al que yo me refiero, sí hay vanguardia, y sí se necesita intelectual colectivo que agrupe y amoneste a la praxis, pero no como elite, no como "vanguardia de clase cuyo máximo exponente es el secretario general". En este sentido, creo, hay que entender la crítica de Sacristán a la "estrategia política" : "... es meterse a demiurgo y ser un zascandil..." o algo así... pero sobre esto sería mucho más seguro preguntarle a Salvador
Lo envío a Pep y a Joan.
Pep ha trabajado mucho sobre Lukcas y probablemente puede aclarar muchas cosas.
...hay un par de cosas que me dejaba en el tintero sobre la posibilidad/imposibilidad de la estrategia en la sociedad o sea, esto es, sobre la posibilidad/necesidad de que una elite intervenga y dirija como estado mayor la lucha política .
1) La organización activa de la gente, el desarrollo de nuevas formas de control sobre la vida, mediante la lucha y mediante la elaboración de alternativas de vida, de alternativas de cultura, es lo que genera una fuerza, un poder, unas capacidades nuevas intelectuales y objetivas, antes no existentes, y es lo que concomitantemente, desarrolla en la gente, en la organizada y en la que contempla las potencialidades de la organización, las nuevas expectativas, las nuevas exigencias, la nueva imaginación, antes no existentes. Es el nuevo ser el que desarrolla las nuevas posibilidades reales y las nuevas imaginaciones sobre lo deseable ya posible (bueno: “el ser social (nuevo) determina la conciencia social (nueva)… dijo Marx) . Todo eso no es planteable ni planeable "negro sobre blanco" antes, salvo cuento de la lechera.
Esto, creo lo había llegado a pensar Lukacs, cuando apelaba a Aristóteles – Estética- y a su teoría del término medio moral: la moral de cada individuo es concreta: parte de las posibilidades que plantea y abre la realidad, y se orienta en ellas a partir de sus opciones valorativas. Creo que es lo que Benseler recoge al final de su ponencia: "Pongámoslo en claro: en Lukacs no hay ninguna soberanía absoluta de la conciencia. También niega la existencia de un ámbito de valores metafísicos. La conciencia está continuamente relacionada con las determinaciones causales del mundo externo, objetivo. La actividad teleológica es decir (.) la posición de fines (.) solo es posible en el ámbito de juego en el que la fantasía productiva encuentra medios para colocar la causalidad al servicio de los propios fines. Aquí se produce la autonomía a partir de la heteronomía" (p. 185) .
Una matización de lenguaje: yo prefiero hablar de “imaginación” productiva que de “fantasía productiva” , aunque prefiera “fantasía” a “utopía”. Volviendo a la cita. Según lo que dice Benseler también se puede interpretar que Lukacs considera que es la organización nueva de la gente la que genera nuevas imaginaciones posibles: "La suma de las decisiones individuales tomadas sobre la base de una libertad relativa [que es la que abre o permite la causalidad anterior, o sea las relaciones sociales y políticas anteriores y las luchas anteriores, cuyos resultados han fraguado en una objetividad que tiene que ser respetada, pero que ofrecen posibilidades nuevas de hacer, todo ello dentro del marco de libertad conseguido sobre la naturaleza por la actividad productiva humana, y etc] configura una nueva realidad con carácter necesario, ante la cual se constituye , además, la posibilidad de la [de una nueva] posición teleológica [de una nueva posición de fines por parte del individuo] " (p. 186). Los nuevos estadios que se alcanzan y las nuevas expectativas imaginarias que se abren en las personas, como resultado de lo que sucede, son "contrafácticos" y no son presuponibles a priori ni por el más grande siervo de los siervos del Señor.
2) La estrategia como modo de conducir a las masas allá donde ellos no quieren o no se han planteado ("aún no lo quieren, pero es por su bien") es antidemocrática y manipulatoria. Toda manipulación inflinge autoderrota: la percepción de la inmoralidad del uso instrumental de las personas y de lo mejor de ellas, -de su confianza en que vale la pena obrar desinteresadamente por el bien de todos-, por parte del siervo de los siervos genera desconfianza y desmovilización. "todos son iguales y todos van a los suyo". Crear un nuevo sujeto, un nuevo poder, un nuevo dominio de la gente sobre sus capacidades –ayudar a hacer nacer nuevas capacidades en los individuos- mediante la organización exige el respeto escrupuloso de las expectativas y deseos imaginados por la gente, y exige ser instrumento de ellos, si es que la gente delega en uno; “mandar obedeciendo” o sea la democracia –“mandar y obedecer por turnos” era la norma clásica: el sorteo…- .
Sólo abandonar el proceso si los fines nuevos emergentes fuesen fines que contemplan la explotación de otros seres. La parénesis no se hace mediante la razón, el discurso abstracto desde unos fines morales generales , sino mediante la incitación a hacer juntos, y el ejemplo de que eso es útil y da resultados. Esa nueva praxis es la que permite que seamos más haciendo, y más deliberando a partir del nuevo poder obtenido y de la nueva experiencia de poder democrático. La praxis, y no otra cosa, es el suelo base objetivo que abre posibilidades y abre imaginaciones. Esa deliberación común, no trucada, condición de la praxis y a la vez, luego, consecuencia de la praxis, es el nuevo filosofar praxeológico, -todos los hombres son filósofos- en el que podemos participar con nuestras opciones en pie de igualdad, como uno más.
Cuando Lenin, cuando Gramsci proponen darle la tierra a los campesinos, es que han percibido empíricamente que esa es la expectativa de los mismos, ...aunque desde la razón del Espíritu Absoluto hecho carne –en el siervo de los siervos y en su Comité. Ejecutivo-, no sea ése el fin, sino la socialización de los medios de producción, etc. Pero la honestidad moral obliga a –o “impide”- no meter la pata de hoz y coz y a no destruir, con nuestras fantasías personales, la confianza, la esperanza de la gente, y por tanto a no destruir el poder popular. La acción siempre ha de tener fines en sí mismos y siempre ha de basarse en los fines que asumen las personas participantes, sin reservas mentales: “praxis” es lo que quiere decir: acción que se agota en sí misma. Poiesis, por el contrario, es el nombre de la actividad que es mediación para otra actividad: hacer zapatos, acción mediación para usarlos. Asumir metas inmediatas, como resolver los problemas de la gente ahora: la gasificadora de El Ferrol, el paro, el sufrimiento actual , presente, humano, es una idea sobre la que insiste mucho Joan. Y eso es praxis. Sólo que la praxis nos hace crecer: una vez agotada la acción, somos más fuertes, somos más, estamos más convencidos, tenemos más nuevas ideas, nuevas capacidades, nuevas imaginaciones ...pero esto ya no es "lavanguardia" sino “el intelectual orgánico”: orgánico o servidor de las nuevas facultades y expectativas, servidor de su soberano, el pueblo organizado; esto es la democracia.... Un abrazo
Postdata de Joan.
Efectivamente, creo que la operación de Gramsci denominando intelectual colectivo a la organización comunista y intelectuales orgánicos a los cuadros sociales representativos del pueblo trabajador en el conjunto de su compleja composición de clase han sido despreciadas, incomprendidas y manipuladas históricamente.
Creo que se trataba del núcleo de una teoría alternativa global a la teoría kautskiana de que la conciencia viene desde fuera. Gramsci no tuvo tiempo para desarrollarla pero puso las palabras-conceptos clave sobre la mesa. El desarrollo real de esa teoría no podría o debería ser un enésimo libro "teórico" sobre Gramsci (aunque no sobraría un libro que desarrollase este tema), si no que se trata de una función absolutamente "práctica": desarrollar una organización democrática que acepte absolutamente la idea de que "todo hombre es filósofo", que rechace la barbaridad filo-polpotiana que el pueblo soberano está alienado y que necesita un desalienador.
El desalienador se considera el poseedor de la conciencia verdadera de la clase que está alienada. Quizás adopte diversas pedagogías para desalienar a la masa: la paciente y lenta del agit-prop, o la violenta de la dictadura sobre el proletariado. No existe muralla china entre el kautskismo y el estalinismo, es por ello que es relativamente fácil pasar de uno al otro sin solución de continuidad.
Comunismo es democracia o no es comunismo: Libertad y igualdad.
Yo si creo que la clase necesita personal de vanguardia. Es decir personas que se situan en la trinchera, en primera línea de la lucha, personas que encuentren su libertad en la entrega a la república. Pero no gente que se entregue siempre y perennemente, si no que se entreguen a la república cada vez que la república lo precise, pero ni un minuto más. El pueblo trabajador necesita Cincinatos, no Césares.
En cambio, los sustentadores de la idea de la vanguardia como grupo que desaliena a las masas y que las conduce a la vanguardia, consideran, como dice Joaquín, que vanguardia es sinónimo de estado mayor. Cualquier militar sabe que esto es falso. Pero ellos suelen atribuirse las funciones de estado mayor, sin que nadie los haya ascendido ni nombrado para ello.
En Atenas, ser estratego era peligroso: te nombraba la asamblea y podía condenarte a muerte si no hacías las cosas bien. La gloria del estratego era siempre provisional, sujeta a la rendición de cuentas ante la asamblea. Y esa rendición de cuentas podía costarle no sólo el cargo, si no incluso la vida.
A mi modo de ver, un cuadro social de vanguardia equivale a lo que Gramsci llamaba intelectual orgánico. Surge de la clase, permanece dentro de la clase, expone su pecho a las balas enemigas y muere el primero. Ahí está su debilidad: muriendo deja paso a aquellos cuya única aspiración consiste en el ascenso social personal, a aquellos que sustituyendo a la clase están dispuestos a ejercer una dictadura perenne sobre la clase. Pero dictadura y perennidad son términos antitéticos en la tradición republicana romana. La perennidad de la dictadura es un monstruo de la política del siglo XX.
La burocracia que en la URSS substituyó al poder soberano del pueblo, se formó en base al exterminio de la verdadera vanguardia proletaria y campesina durante la guerra civil. La vanguardia fue al frente y ofeció su vida y, lógicamente tuvo un inmenso número de bajas. La burocracia siempre es una mezcla de los cobardes que nunca se presentan voluntarios para las guerras y de los intelectuales y especialistas de la clase contraria con quienes hay que contar para que el nuevo estado funcione. La falta de democracia hace el resto. Debo este análisis a Isaac Deuscher.
El pueblo trabajador no puede estar siempre y en todo lugar entregado a la república. Tiene que trabajar para comer. Un pueblo constituido por políticos profesionales no podría comer, ni vestirse, ni enceder la luz o la calefacción. Tampoco la sociedad podría reproducirse. ( ¿No hemos oído nunca el grito: " ¡Aquí estan, estos son los que aguantan la nación!" ? ¿Hemos reflexionado sobre ello?).
Por eso por que no puede estar permanentemente reunido, el pueblo soberano o trabajador encarga a algún servidor suyo determinadas tareas. Pero, o lo controla, lo limita, reduce su poder, le exige cuentas y le obliga a servirle o acaba siendo servidor suyo.
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