Sobre la segunda renovación de la Declaración del Estado de Emergencia
16 de abril de 2020
Señor presidente
Primer ministro,
Señoras y señores diputados,
La realidad confirma que las razones que llevaron al PCP a distanciarse de la declaración del estado de emergencia fueron justas y correctas.
Al momento de discutir su segunda renovación, tres conclusiones son evidentes. La primera es que esta decisión ha resultado ser innecesaria y desproporcionada en la lucha contra la salud pública contra la epidemia. El segundo, que es una decisión que sigue sirviendo de pretexto para imponer a los trabajadores los más diversos abusos, arbitrariedad y violaciones de sus derechos, al tiempo que encubre la acumulación de beneficios por parte de los grupos económicos. El tercero es que existe una sensación de trivialización del estado de emergencia que es incompatible con la gravedad de una decisión en la que está en juego la suspensión o restricción de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos.
La constatación de esta realidad y el camino que ha tenido lugar desde que se decretó el estado de emergencia justifican que el PCP vote en contra de su renovación.
El curso observado en las últimas semanas con las medidas de salud pública decretadas, su cumplimiento generalizado por los portugueses y los resultados positivos logrados hoy confirman que la declaración de estado de emergencia era innecesaria y desproporcionada.
Las medidas de contención son necesarias, el estado de emergencia para imponerlas no lo es.
La lucha contra la epidemia no depende del estado de emergencia. Las decisiones más relevantes que se tomaron correctamente para enfrentar la epidemia ya estaban enmarcadas por ley y, además, se decidieron antes o fuera de los decretos del estado de emergencia.
Los portugueses no esperaron a que el estado de emergencia cumpliera con las medidas de salud pública y lo hicieron incluso antes de que se promulgara. La realidad de las últimas semanas frustró las intenciones securitàrias de quienes soñaron que era necesario hacer cumplir con fuerza las reglas que los portugueses observaron voluntaria y de forma generalizada.
La movilización y el esfuerzo requeridos por los profesionales de las fuerzas y servicios de seguridad y protección civil fueron mucho más allá de lo necesario, tuvieron consecuencias negativas en su exposición al riesgo epidémico y tendrán consecuencias futuras en el desgaste de estos profesionales.
El fin del estado de emergencia no significa el fin de las medidas de contención sanitaria o la verificación del cumplimiento. Esto significa que nada de esto sea decidido de manera innecesaria o desproporcionada en vista de la realidad y el desarrollo de la situación epidemiológica.
Al mismo tiempo, el estado de emergencia sigue siendo un pretexto para una ofensiva contra los derechos de los trabajadores, con la imposición de todo tipo de abusos y arbitrariedad, y cubriendo el camino de agravar la explotación y el empobrecimiento de los trabajadores y la acumulación de beneficios de económica, incluida la apropiación de recursos públicos.
El Gobierno bien puede hacer declaraciones de intenciones diciendo que se niega a volver a la política de "austeridad", pero la austeridad está ahí, en la vida de los trabajadores impuesta por los empresarios. Las declaraciones del gobierno no sirven de nada si, en la práctica, el estado de emergencia continúa siendo el pretexto para eliminar los empleos y los derechos de los trabajadores, despedirlos injustamente, imponer vacaciones forzadas, reducir los salarios o imponer la desregulación de las horas de trabajo. con bancos de horas y otros dispositivos existentes en la legislación laboral.
El Gobierno puede hacer declaraciones de intenciones sobre la movilización de recursos nacionales para enfrentar las consecuencias económicas de la lucha contra la epidemia y pata garantizar las necesidades de las personas y del país. Estas declaraciones son inútiles si los grupos económicos en la distribución continúan arruinando a los productores al aplastar los precios que están imponiendo; si los grupos económicos en el sector de energía y combustible continúan fijando precios sin ningún control o sin considerar del impacto que esto tiene en la vida del país y en la economía nacional; si los bancos continúan sirviendo a grupos económicos como verdugos para MIPYMES y familias, rechazando el acceso al crédito o imponiendo condiciones ruinosas; o incluso si los grupos económicos pueden continuar decidiendo distribuir dividendos a los accionistas, decisiones que son particularmente escandalosas cuando se trata de grupos económicos cuyas ganancias se obtienen en Portugal pero cuyos impuestos se pagan en los Países Bajos, lo que se suma al presupuesto estatal de países cuyos gobiernos desprecian las dificultades de los portugueses.
La renovación del estado de emergencia significará mantener el pretexto de todos estos desarrollos negativos para los trabajadores y para la situación económica y social del país.
Señor presidente
Primer ministro,
Damas y caballeros
La declaración de estado de emergencia no puede trivializarse porque está en juego la suspensión o restricción de los derechos, libertades y garantías de los ciudadanos.
En la primera discusión afirmamos e insistimos en que la declaración de un estado de emergencia no debe decidirse sobre la base de consideraciones abstractas o teóricas. Por el contrario requiere la verificación razonada de la existencia de un marco excepcional que pueda justificar tal decisión y de las medidas que concretas que se identifiquen y que solo se pueden ser concretarse a partir de esa declaración.
Su renovación sucesiva, independientemente de las condiciones y resultados de su ejecución anterior, instala la idea democráticamente peligrosa de la irrelevancia de la suspensión o restricción de derechos, libertades y garantías.
Esto se vuelve aún más preocupante cuando queda claro, a partir de la realidad nacional, que no es en el estado de emergencia donde se encuentra la respuesta para combatir la epidemia, y mucho menos la solución a los problemas nacionales.
Es por todas estas razones que el PCP votará en contra de la renovación del estado de emergencia.
MI VALORACIÓN
1º- El PCP siempre ha defendido una política de izquierdas y patriótica. Es lo que en Cataluña los Communistas siempre hemos llamado política "nacional y de clase" o "de clase y nacional". El orden de los factores no altera el producto.
2º. El partido socialista gobierna en Portugal gracias a los votos de los comunistas. Aplicando su política de izquierdas y patriótica, el PCP cerró el paso a la derecha, sin perder su autonomía política y sin abandonar la defensa de los derechos democráticos y sociales, que aún son atacados bajo el gobierno socialista.
3º. El PCP defiende la soberanía nacional de Portugal ante la Unión Europea y defiende la salida del euro y que el Banco Central portugués pueda monetizar el endeudamiento del estado. Es decir, que la banca no vuelva a ganar a partir de las medidas gubernamentales ante la crisis.
4º. La política del PCP no tiene una política "izquierdista", como siempre nos han querido decir aquí los eurocomunistas. Al contrario, es una política rigurosa y responsable. Es una muestra concreta de que es posible hacer una política responsablemente antifascista, de clase y nacional y autónoma del gobierno, de la patronal y de los poderes del Estado.
5º. Confundir las medidas sanitarias contra la pandemia con el estado de emergencia es una muestra de la falta de autonomía política y de clase de los partidarios del "gobierno progresista" español. Es un grave error que pagarán las libertades democráticas y el conjunto del pueblo trabajador. De nuevo, el PCP nos vuelve a dar una lección de finura política, de rigor y de coherencia democrática. Distinguiendo el "grano de la paja", lo esencial de lo contingente.
6º. Estos días, algunos recuperan la vieja broma del antifascismo catalán y español de los años 1975-76: "Menos mal que nos queda Portugal". Quieren hacer pasar "gato por liebre". Por mi parte y desde mi rincón marginal, yo seguiré no confundiendo la política del gobierno socialista portugués con la política que interesa a la clase obrera y el conjunto del pueblo trabajador portugués. Al contrario de los defensores del "gobierno progresista" español y del gobierno socialista portugués digo: "Menos mal que nos queda el Partido Comunista Portugués".
Joan Tafalla
EL TEXTo ORIGINAL DE LA INTERVENCIÓN DE JOAO OLIVEIRA EN LA ASAMBLEA NACIONAL
(Publico la internvención íntegra para si algun lector que conozca el portuguès mejor que yo quiere verificar i corregir mi traducció, lo pueda hacer y pueda mandar enmiendas de mejora)
INTERVENÇÃO DE JOÃO OLIVEIRA NA ASSEMBLEIA DE REPÚBLICA
Sobre a segunda renovação da Declaração Estado de Emergência
16 Abril 2020
Senhor Presidente,
Senhor Primeiro-Ministro,
Senhoras e senhores Deputados,
Senhor Primeiro-Ministro,
Senhoras e senhores Deputados,
A realidade confirma que eram justas e acertadas as razões que levaram o PCP a distanciar-se da declaração do estado de emergência.
No momento em que se discute a sua segunda renovação, são evidentes três conclusões. A primeira, a de que esta decisão se tem revelado desnecessária e desproporcional no combate de saúde pública contra a epidemia. A segunda, a de que se trata de uma decisão que continua a servir de pretexto para impor aos trabalhadores os mais diversos abusos, arbitrariedades e violações dos seus direitos, ao mesmo tempo que dá cobertura à acumulação de lucros de grupos económicos. A terceira, a de que se está a instalar um sentimento de banalização do estado de emergência que é incompatível com a gravidade de uma decisão em que está em causa a suspensão ou restrição de direitos, liberdades e garantias dos cidadãos.
A constatação desta realidade e do percurso que se tem verificado desde que o estado de emergência foi decretado justificam que o PCP vote contra a sua renovação.
O percurso verificado nas últimas semanas com as medidas de saúde pública decretadas, o seu cumprimento generalizado pelos portugueses e os resultados positivos alcançados confirmam hoje que a declaração do estado de emergência foi desnecessária e desproporcional.
As medidas de contenção são necessárias, o estado de emergência para as impor é que não.
O combate à epidemia não depende do estado de emergência. As decisões mais relevantes que, acertadamente, foram tomadas para fazer frente à epidemia já tinham enquadramento na lei e foram, aliás, decididas antes ou à margem dos decretos do estado de emergência.
Os portugueses não ficaram à espera do estado de emergência para cumprir as medidas de saúde pública e cumpriram-nas antes mesmo de ele ser decretado. A realidade das últimas semanas frustrou as intenções securitárias daqueles que sonhavam ser necessário impor pela força o cumprimento de regras que os portugueses observaram voluntariamente e de forma generalizada.
A mobilização e o esforço pedidos aos profissionais das forças e serviços de segurança e da proteção civil foi muito para lá do que era necessário, teve consequências negativas na sua exposição ao risco epidémico e terá consequências futuras no desgaste destes profissionais.
O fim do estado de emergência não significa o fim das medidas sanitárias de contenção nem da verificação do seu cumprimento. Significa que nada disso é decidido de forma desnecessária ou desproporcional face à realidade e ao desenvolvimento da situação epidemiológica.
Simultaneamente, o estado de emergência continua a ser pretexto para uma ofensiva contra os direitos dos trabalhadores, com a imposição de todo o tipo de abusos e arbitrariedades, e dando cobertura ao caminho de agravamento da exploração e do empobrecimento dos trabalhadores e acumulação de lucros de económicos, incluindo com a apropriação de recursos públicos.
O Governo bem pode fazer declarações de intenções dizendo que recusa o regresso da política de “austeridade” mas ela está aí, na vida dos trabalhadores imposta pelo patronato. As declarações do Governo de nada servem se, na prática, o estado de emergência continuar a ser o pretexto para fazer desaparecer emprego e direitos dos trabalhadores, para despedir abusivamente, para impor férias forçadas, para cortar salários ou impor a desregulação dos horários de trabalho com os bancos de horas e outros artifícios existentes na legislação laboral.
O Governo bem pode fazer declarações de intenções sobre a mobilização dos recursos nacionais para enfrentar as consequências económicas do combate à epidemia e para assegurar as necessidades do povo e do país. Essas declarações de nada servem se os grupos económicos da distribuição continuarem a arruinar os produtores com o esmagamento dos preços que estão a impor; se os grupos económicos do sector da energia e dos combustíveis continuarem a fixar os preços sem qualquer controlo nem consideração do impacto que isso tem na vida do país e na economia nacional; se a banca continuar ao serviço dos grupos económicos como carrasco das MPME e das famílias, recusando acesso ao crédito ou impondo condições ruinosas; ou ainda se os grupos económicos puderem continuar a decidir distribuir dividendos aos accionistas, decisões particularmente escandalosas quando se trata de grupos económicos cujo lucro é feito em Portugal mas cujos impostos são pagos na Holanda, engrossando o orçamento do estado de países cujos governos desprezam as dificuldades do povo português.
A renovação do estado de emergência significará manter o pretexto de todos estes desenvolvimentos negativos para os trabalhadores e para a situação económica e social do país.
Senhor Presidente,
Senhor Primeiro-Ministro,
Senhoras e senhores Deputados,
Senhor Primeiro-Ministro,
Senhoras e senhores Deputados,
A declaração do estado de emergência não pode ser banalizada porque está em causa a suspensão ou restrição de direitos, liberdades e garantias dos cidadãos.
Afirmámos na primeira discussão e insistimos que a declaração do estado de emergência não deve ser decidida em função de considerações abstratas ou teóricas, exige a verificação fundamentada da existência de um quadro excepcional que possa justificar tal decisão e das medidas que em concreto se identifique que só podem ser concretizadas a partir dessa declaração.
A sua sucessiva renovação, indiferentemente às condições e resultados da sua execução anterior, instala a ideia democraticamente perigosa da irrelevância da suspensão ou restrição de direitos, liberdades e garantias.
Isso torna-se ainda mais preocupante quando se constata, a partir da realidade nacional, que não é no estado de emergência que se encontra a resposta para o combate à epidemia, muito menos a solução para os problemas nacionais.
É por tudo isto que o PCP votará contra a renovação do estado de emergência.
Disse.
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