Joan Tafalla.
La locución “partido de lucha y de gobierno” fue un oxímoron puesto en circulación durante los años del eurocomunismo. Era la concreción, en materia de partido, de la estrategia del llamado “gobierno de concentración nacional”, una lectura reductiva que Carrillo hacía del “compromiso histórico” berlingueriano. Era necesario cambiar el carácter combativo del partido y el oxímoron servía a ese objetivo.
El elemento central de esa revolución pasiva fueron los Pactos de la Moncloa y la aceptación de la entrada en el Mercado Común por parte del PCE. Lo del “partido de lucha y de gobierno” era una forma de convertir al partido de la lucha intransigente contra la dictadura, en el partido que debía desmovilizar a las masas.
El eurocomunismo fracasó como estrategia y significó, en Italia, tras la Bolognina, la transformación del PCI en un partido social-liberal.
En España significo la destrucción del PCE y del PSUC.
El breve y feliz paréntesis de Anguita fue liquidado por Paco Frutos con su pacto con Almunia (2000). Tengo numerosos camaradas y amigos en el PCE que se esfuerzan por corregir todo esto y a ellos va dirigido este texto con el afán de debatir estratégicamente.
El gobierno “progresista y de izquierdas” se nos ha vendido como una estrategia de “partido de lucha y de gobierno”. (Nota al margen: escucho a un querido diputado catalán justificar unos nuevos pactos de la Moncloa).
Es preciso valorar a los gobiernos por sus hechos y no por sus promesas. “Facta, non verba”.
Valoro altamente los esfuerzos de Yolanda Díaz y de Pablo Iglesias para crear un “escudo social” ante el duro ataque social que se está perpetrando des de ya. Pero me temo que se trata de esfuerzos vanos y baldíos. No me cabe ninguna duda de que ellos son sinceros y honestos en su lucha dentro del gobierno y contra la CEOE. Pero cuando una estrategia es errónea, los resultados no pueden ser acertados.
Tener algunos ministros en un gobierno social-liberal no significa de ninguna manera tener ningún poder. No significa ni tan solo, tener el poder de frenar algo tan grave como la vuelta al trabajo el lunes 13 de abril.
Como siempre, la crisis la pagaran la clase obrera y el conjunto del pueblo trabajador.
Lo grave es que Unidas Podemos no va a ser quien denuncie y organice la lucha contra ese nuevo atentado contra el pueblo. Al margen de algunas críticas protocolarias e irrelevantes políticamente.
La consigna “partido de lucha y de gobierno” solo va a servir para erosionar el espíritu crítico de los comunistas y hacerles aceptar pasivamente esta situación.
En fin, lo lamento profundamente. “Es amarga la verdad y debo echarla de la boca”.
“Partido de lucha y de gobierno”, ese oxímoron.
Sabadell, Hospital Parc Tauli, 12 de abril de 2020.
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