dimecres, 22 de juny del 2022

Un diálogo sobre centralismo democrático

 El pasado 2 de marzo recibí un email de un querido camarada que milita en el PCE. En él planteaba diversas cuestiones referentes a la recuperación del marxismo-leninismo en el anterior congreso del PCE, a las contradicciones generadas en ese partido por la participación en el gobierno del Reino de España y a las posibilidad de que todo ello pueda ser debatido de manera democrática en el proceso congresual del PCE que ahora está en curso.

Como se trata de una correspondencia privada no reproduzco ni el nombre del camarada ni el texto de su email, de enorme interés. Los aires que se respiran no son buenos para los diálogos fraternales y críticos sobre estos asuntos. El tiempo se ha congelado en nuestras organizaciones desde 1981. Predominan las mismas concepciones del centralismo democrático que en la época de Carrillo. És decir, se invoca a Lenin para, a continuación negar su obra viva. Se invoca en nombre de Lenin en vano.

Así que respetando el anonimato de mi interlocutor y viendo que no puedo cumplir con la promesa que le hago en el primer párrafo de mi respuesta, comparto aquí las siguientes líneas ( incompletas) de nuestro diálogo.

"Hasta ahora ( mañana del lunes 7 de marzo) no he podido contestarte. Sólo serán unas líneas esquemáticas como respuesta provisional a las cuestiones que planteas. Cuestiones que son de gran calado. Quizás más adelante pueda escribir un texto más ordenado y orgánico. Ahora estoy editando un libro y, hasta mediados de abril no tendré tiempo para meter mano en serio al tema.

Dices:
Llevo tiempo preguntándome si Lenin expresó en alguno de sus escritos el principio de prohibición de las fracciones organizadas en el seno de los partidos comunistas. Es algo que no se encuentra en su supuestamente texto "organizativo" (el Qué hacer, que a mí nunca me ha parecido una teoría del Partido, sino una teoría de la Vanguardia). Me imagino que, de estar, estaría en sus intervenciones en los textos fundacionales de la III Internacional, pero lo desconozco porque no los he leído todos.(...)

Como bien nos explicabas aquella vez que coincidimos, el marxismo-leninismo es una construcción del estalinismo, consecuencia de las luchas de poder posteriores a la muerte de Lenin. Pero me preguntaba si, concretamente, ese principio (prohibición de fracciones organizadas) podía leerse directamente en Lenin, en qué texto y, sobre todo, en qué contexto.

Respondo a esta pregunta:

Efectivamente, del mismo modo que el marxismo no existía en vida de Marx y fue una creación posterior de Kautsky, Bernstein y en parte (aunque no tanto como se dice) de Engels ( véase Montserrat Galcerán, Maximilien Rubel, Stefano Petrucciani...) el marxismo-leninismo no existía en vida de Lenin.
Mi querido y añorado Georges Labica hizo hace más de treinta años un excelente ensayo sobre cómo se creó esta etiqueta: Le Marxisme-léninisme : Éléments pour une critique (1)
El partido bolchevique fue siempre un partido vivaz, diverso atravesado periódicamente por debates y polémicas. Nadie, tampoco Lenin, pensó nunca que el centralismo democrático (sinónimo de : democracia y unidad de acción) debiera interpretarse como ausencia de tendencias o de debates. Hasta 1921.
¿Qué pasaba en 1921? En ese año la Rusia soviética venció a la Rusia blanca y a la coalición imperialista. El país estaba destrozado: hambrunas, muertes sin número ( la polémica sobre las cifras sigue y seguirá), el aparato productivo destrozado... Se imponía la NEP. No había otro remedio. Lenin lo veía como una retirada temporal para recuperar la producción y hacer salir el país de la miseria y para crear las bases materiales del socialismo. El socialismo era: "soviets más electricidad". Cómo dijera Lenin, las retiradas son las etapas más peligrosas de la guerra: cunde el desánimo, se pierde el sentido global de la lucha, se producen las deserciones y las divisiones... es el momento de la guerra en que la disciplina es más necesaria que nunca. La retirada puede ser la ocasión para reunir y reorganizar las fuerzas para las futuras batallas. Pero puede ser el momento de la derrota final. Cito de memoria y, quizás, invento algo. Espero que no.
És en este contexto que en marzo de 1921 que se produce el décimo congreso del partido en el que, paralelamente a la aprobación de la NEP se aprueba la resolución "Acerca de la unidad del partido" [Obras escogidas, tomo 3, p. 318, adjunto el PDF del tomo 3, pro si no lo tienes a mano]. Todos los textos del Xº congreso son esenciales para comprender el contexto de esta decisión. El momento era el más peligroso desde noviembre de 1917, la necesidad de esta medida era perentoria frente a las tendencias corporativas que se iban a oponer al tremendo viraje que suponía la NEP.
Un artículo de Diego Crenzel muy interesante al respecto: "¿Por qué Lenin prohibió las fracciones en el partido comunista ruso?"
Un paso muy importante de este texto explica algo que que yo no conocía hasta lo leí en él:

"Las actas del décimo congreso, pese a sus más de 800 páginas, sólo publicadas en ruso, fueron leídas y estudiadas por la mayoría de los sovietólogos que se refieren al tema de las fracciones. Sin embargo, algunos párrafos, curiosamente, parecen haber sido «olvidados». En especial es obviado el diálogo que sostuvieron Lenin y Riazanov en la decimosexta sesión del congreso, a la media mañana del 16 de marzo de 1921. Riazanov propuso prohibir, para los futuros congresos, la elección de delegados según plataformas fraccionales, con lo que la prohibición hubiera adquirido así un carácter permanente. Lenin pidió entonces la palabra y le respondió: «El presente congreso no puede condicionar la elección de delegados para los próximos. ¿Y si surgiera una cuestión como, por ejemplo, la paz de Brest [Litovsk]?» (2)

Así que la prohibición de fracciones nunca fue considerada por Lenin como un elemento constitutivo del centralismo democrático, sinó como una necesidad en una determinada coyuntura. La prueba de ello es que aún sin fracciones legales los debates en el partido bolchevique siguieron siendo durísimos hasta la muerte de Lenin ( con la participación de él mismo. Véase, por ejemplo "El último combate de Lenin" de Moshe Lewin, que te adjunto o el conjunto del tomo 45 de la obras completas, que puedes bajarte de Internet. La lucha por el poder posterior a la muerte de Lenin se desarrolló en una relativa libertad de debate hasta 1926 y 1927.
Hasta el Vº Congreso de la Internacional, el de la llamada "bolchevización" de los partidos comunistas, no se produjo la prohibición de fracciones y tendencias en los Partidos Comunistas. Paradójicamente esta bolchevización de los PC's se hizo olvidando o enterrando una de las características del partido bolchevique anterior a 1921.
En resumen:
  • Se puede decir que los sucesores de Lenin acabaron haciendo una virtud de una necesidad coyuntural.
  • Se suele señalar que la limitación de la democracia interna acompaña siempre en los PC's a los virajes hacia la derecha.
Sigues diciendo:
 
Mi motivación es la siguiente: tengo una preocupación cada vez mayor ante el hecho de que la recuperación del marxismo-leninismo por el PCE no pase de ser una reclamación del centralismo "democrático" del supuesto marxismo-leninismo. Y, en consecuencia, que pueda utilizarse como un instrumento para desprestigiar a las personas que, dentro del Partido, podamos mostrar una posición crítica con el Gobierno. De momento no parece que esto haya sucedido (o, si ha sucedido, no me he enterado), pero mi intuición me indica que en la medida en que se aproxime el Congreso este tipo de acusaciones de fraccionalismo (clásicas de nuestro movimiento por otro lado) empiecen a aparecer. Si bien, si no lo han cambiado, durante los periodos congresuales en el PCE sí que solían autorizarse corrientes organizadas (pero llevo un pequeño tiempo bastante desvinculado de todo, así que no sabría decirte con seguridad).

En todo caso, desvincular este principio del leninismo significaría reforzar argumentos favorables a la crítica interna dentro del partido. Qué es una tarea que necesitamos hoy.

Respondo:

Como te decía más arriba, los virajes a la derecha suelen venir acompañados  de una limitación del debate interno y de la democracia en los partidos comunistas. Es una opinión personal mía, pero se pueden encontrar numerosos casos empíricos en la historia de nuestro movimiento y muy concretamente en España (años 1981-1982).
La entrada en el gobierno de España ha sido un viraje hacia la derecha con respecto a la política defendida por Julio Anguita. Es otra opinión personal que creo que podría demostrar con hechos concretos. Mi pronóstico es que el debate interno en el PCE sobre la cuestión de la participación en el gobierno será restringido. Es la ley de vida de los partidos. 
Pero este debate es más necesario que nunca ahora que estamos en medio de una guerra. Si la política internacional del gobierno es competencia del presidente, ¿que hacen algunos comunistas en ese gobierno que manda armas y se alinea disciplinadamente con la OTAN y la UE? La línea divisoria entre el social-imperialismo y la izquierda consecuente pasa por la cuestión de la guerra. Nos hace falta ya un nuevo Zimmerwald.
En ese debate, no tengo la menor duda que se usará la concepción estalinista del centralismo democrático, más o menos disfrazada o "modernizada". Ante ello, cualquier esfuerzo que se haga  por defender la libertad de debate y la democracia interna me parece saludable y necesaria. Y cualquier esfuerzo que se haga por restablecer la verdad histórica sobre el centralismo democrático y sobre el llamado marxismo-leninismo también me parece imprescindible. Aunque debo confesarte que soy pesimista al respecto. Muy pesimista.
Recibe un abrazo y perdona, de un lado el retraso en la respuesta y de otro lado el esquematismo. Siempre digo que "soy lento, pero inseguro".

NOTAS:

 
(2) Diego Crenzel, ¿Por qué Lenin prohibió las fracciones en el partido comunista ruso?, https://razonyrevolucion.org/por-que-lenin-prohibio-las-fracciones-internas-en-el-partido-comunista-ruso/


 




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