Ayer 20 de mayo de 2020, algunos compañeros desataron un ataque "urbi et orbe" contra la posición adoptada por ERC-Sobiranistas. Algunas de estas críticas adquirían tonos groseros e iban trufadas de insultos y descalificaciones contra Rufián y Nuet. Supuestamente se debatía sobre la posición de estos diputados y de su grupo en el transcurso de la negociación y de la votación sobre la prologación del estado de emergencia.
Comienzo por decir que yo, no tengo del todo claro el acierto o no de la posición adoptada por el grupo parlamentario ERC-Sobiranistas. Es difícil valorar una cuestión de la que no tienes toda la información. O por lo menos, de la no estás en posesión de la información suficiente. Considero que ERC-Sobiranistas tuvieron que adoptar su posición forzados más por la duplicidad negociadora del PSOE que por otra cosa. Lo deduzco de las noticias de esta mañana sobre la continuación de las negociaciones entre ERC y el gobierno y el propio tono y los contenidos de la intervención de Rufián. Como dicen los italianos, "che sarà, sarà".
Cuestiones de estilo en el trabajo político
Tras el anuncio del supuesto acuerdo sobre la abolición integral de la reforma laboral del PP, los ataques de estos compañeros se reiteraron hasta alcanzar cimas abismales en el análisis de brocha gruesa, en las descalificaciones, en los insultos y en el consuetudinario hábito de tomar la parte por el todo.
Veteranos de la denigración del mundo abertzale convertían a Bildu en el "no va más" de la responsabilidad mientras lo ponían como ejemplo a seguir por el resto del mundo mundial.
Pero la alegría dura poco en la casa del pobre ... Dos horas después, el PSOE derogaba unilateralmente el acuerdo. Nadia Calviño había puesto el grito en el cielo. Los sindicatos, sin esperar a la patronal, también. No acierto a ver las reacciones ante este hecho extraordinariamente revelador por parte de estos mismos compañeros. Escondidos bajo una piedra. Al contrario de ellos, el propio Pablo Iglesias ha reaccionado de manera fuerte y clara ante la derogación del acuerdo diciendo: "Voy a ser cristalino: pacta sunt servanda [lo firmado obliga]". Pablo Iglesias hace política.
Estas reacciones primarias de algunos compañeros muestran un nivel de análisis político bastante bajo. La situación cultural de determinados militantes y cuadros de la izquierda de mi generación es responsabilidad de las organizaciones en las que han militado muchos años, que los han acostumbrado a un activismo ciego e irreflexivo, a confundir la disciplina propia de la democracia con la obediencia a la dirección y al dirigente de turno. Un dirigente al que, o bien se le adora, o bien se le despeñar des de lo alto de la roca Tarpeya.
Pero la responsabilidad de este bajo nivel de análisis político también es de los propios militantes. El estudio, el análisis concreto de la situación concreta, es más molesto que la adoración acrítica al líder de turno.
Algunos rasgos de este bajo nivel de análisis político
Se prefiere antes la fotografía fija del momento puntual, que la película del hechos, es decir, los acontecimientos en su desarrollo dialéctico y complejo. Tampoco se busca la fotografía del mismo momento tomada desde otro punto de vista.
Se prefiere la parte al todo. Se elige el párrafo adecuado para nuestra crítica en lugar de valorar el conjunto del discurso; su orientación general; averiguar los objetivos que realmente busca el orador; valorar el tono en que se el discurso se produce, sus antecedentes y sus consecuencias reales.
Se olvida la enseñanza de Maquiavelo que predicaba que en el momento del análisis hay que ignorar la moral para atenerse exclusivamente a los hechos. Así pues, se considera el propio criterio moral como norma indiscutible para valorar la bondad o maldad de los hechos políticos, despreciando el análisis del conjunto de las contradicciones que operan entre las fuerzas políticas y en el interior de las mismas. Se renuncia a averiguar en qué fase de la lucha de clases nos encontramos, ¿cuál es la dirección de marcha de los acontecimientos?; ¿cuál es la correlación de fuerzas y cómo podemos intervenir para cambiarla? ¿Qué contradicción que se coloca en primer plano?
Se prefiere la vieja costumbre sectaria de discutir los asuntos de interés general, teniendo en cuenta exclusivamente, las querellas en el interior de la organización, la lucha de capillitas por el "poder" organizativo y la condena a las tinieblas del infierno los discrepantes y de los críticos.
El 13 de octubre de 1868, Karl Marx escribía una carta a J.-B. Schweitzer, hablando de Lassalle reconocía su mérito "inmortal de haber resucitado en Alemania el movimiento obrero ..." pero le criticaba dejarse "dominar demasiado por las contingencias de la época".
Creo que es una definición bastante precisa del espíritu imperante en nuestro pequeño, mezquino, corporativo y sectario mundo.
Sabadell, 21 de mayo de 2020.
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